Se calcula que son 230 los años que tiene ya la inscripción de una roca ubicada en la localidad de Pluogastel, en el norte de Francia. Pero por más que se ha intentado no se ha podido descifrar aún.
El ayuntamiento, en una gran campaña de publicidad, ofrece 2.000 euros a quien consiga saber qué pone en la roca. El resultado es que muchas personas se están interesando por la pequeña ciudad y, aunque aún no hay resultados positivos respecto a la inscripción, sí los hay en cuanto a turismo.
La roca sólo se puede ver con la marea baja, ya que con el mar en altura está cubierta de agua. En cuanto a la inscripción, consta de veinte líneas en las que se mezclan letras del alfabeto latino, tanto al derecho como al revés, además de cifras y algún símbolo de origen escandinavo. Precisamente esta mezcla es la que dificulta saber qué dice en la roca, ya que ni siquiera se puede asegurar en qué idioma o dialecto está escrita.
De momento, son cientos los interesados en intentar descifrar el mensaje, para lo que deben registrarse en la página web del municipio, desde donde se le remitirán fotografías detalladas de la roca.
