Pedro Fernández Montes visitó en primer lugar la residencia de monjas Marillac, donde fue recibido por la directora, Sor María José García, y cuyas residentes estaban siendo animadas por la pastoral del Coro Amistades de la Colina.
Un sencillo y emotivo momento de esta visita se produjo cuando la hermana Rafaela Suárez, de 93 años, leyó una poesía que había escrito ella misma para dedicársela al alcalde.
Continuó la visita de la primera autoridad municipal por la residencia Nuestra Señora de la Victoria, en el Camino del Pilar, donde también se encontraban cantando, por iniciativa del Ayuntamiento de Torremolinos, el Coro de La Carihuela.
El alcalde y las concejalas fueron atendidos por el director de la residencia, Jesús Robles, que agradeció al alcalde el buen momento que habían hecho disfrutar a los ancianos residentes y a los familiares de estos que se encontraban presentes.
Sin abandonar esta zona, Pedro Fernández Montes visitó la residencia Quinta El Pinar, en calle Sierra de Montanchez, dirigida por Ricardo Castillo, donde se encontraba cantando el Coro San Miguel.
Las autoridades municipales finalizaron la visita en la Residencia San Carlos en la zona de Montemar Alto, donde el encargado de la animación fue el Coro de San Juan, como lo viene haciendo en los últimos años al ser de esa misma zona y supo animar con esas letras originales del mismo coro con referencias a Torremolinos y sus barrios. Las hermanas Rosalía Soto y Caty Díaz, compartieron un café con el alcalde, las concejalas y los miembros del coro.
Por último, como todos los años, en cada una de las residencias de Torremolinos el Ayuntamiento entregó como obsequio una tarta y otros dulces sin azúcar.
El alcalde de Torremolinos, acompañado de las concejalas, aprovechando las visitas a las residencias se dirigió ese mismo día a compartir unos minutos con la comunidad de propietarios El Olivar, en la calle Dolores Ibarruri, cuyos vecinos han realizado un original Belén en los bajos de la urbanización.
