Antes de que empezase diciembre, Alicante iluminaba la ciudad con 2 millones de leds, toda una declaración de intenciones para convertirse en el epicentro de la navidad. Pero no solo lo és por sus luces, también por la ambientación en las calles y por la amplia tradición belenísta que se traduce en los seis belenes que prepara anualmente la asociación de belenístas. Además está el museo dedicado a esta tradición, pero sin duda la representación más visitada es la del belén monumental ubicado este año en el paseo de la Explanada que cuenta con el récord Guinness por ser el más grande del mundo.
Desde que se creara el año pasado acapara todas las miradas y es uno de los atractivos que ofrece la ciudad por navidad, pero no es el único. También está la historia de Santa Claus o san Nicolás que tiene su residencia en Alicante, un dato que muy pocos conocen. La ciudad se apoya en antiguas leyendas holandesas para confirmar que el actual Papá Noel que todos conocemos tiene orígenes alicantinos. Según cuentan, fue tiempo atrás cuando este santo del siglo IV partió desde Alicante cargado de naranjas y juguetes para repartir entre los niños holandeses. De hecho san Nicolás es desde hace siglos el patrón de la ciudad algo que reafirma la teoría. El San Nicolás que llega hasta nuestros días es Papá Noel, que tiene casa propia en Alicante y genera gran expectación cada vez que viene a pasar unos días en ella. Este año recibirá allí a veintiséis mil personas. Mayores y pequeños que disfrutan ya de una de las navidades más originales, diversas y mediterráneas.
