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Sevilla

Pájaros robóticos, una nueva generación de drones

El catedrático Aníbal Ollero tiene entre sus objetivos diseñar una nueva generación de robots aéreos que ahorren energía y puedan transportas pequeños paquetes

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  • El catedrático Aníbel Ollero. -

Diseñar “una nueva generación de robots aéreos” con los que “ahorrar energía y realizar actividades como el transporte de pequeños paquetes o tomar medidas” es el objetivo del catedrático y director del Grupo de Robótica, Visión y Control (GRVC) de la Universidad de Sevilla, Aníbal Ollero.


Ollero, Premio Nacional Leonardo Torres Quevedo en el área de Ingenierías de 2021, empezó a realizar sus primeros proyectos de robótica aérea con una subvención del ministerio tras un año sabático durante los años 90, en el “Robotics Institute” de la Universidad de Carnegie Mellon en Pittsburgh, “ya que en aquella época todavía no se realizaban trabajos de este campo en España”, ha dicho a Efe.

Allí estuvo trabajando, junto a otro profesor del laboratorio, con vehículos autónomos y conoció “los helicópteros no tripulados a los que se empezaba a dotar de funcionalidades de percepción artificial a bordo”.

Treinta años después, el ingeniero andaluz se ha involucrado en un nuevo proyecto pionero en Europa en “el que coordinando a quince socios de nueve países”, muestra su convencimiento de que España “ya ha adquirido el nivel adecuado para el desarrollo de este campo”, aunque cree que aún siguen “existiendo algunas barreras”.

La creación de estos nuevos pájaros robóticos como herramientas “necesarias” en la sociedad surgió “teniendo en cuenta las limitaciones de los drones convencionales en dos aspectos: el consumo de energía y la interacción con las personas”.

Aníbal Ollero se planteó investigar este tema, en la propuesta de una “Advanced Grant” del Consejo Europeo de Investigación, a la que denominó GRIFFIN, “para diseñar una nueva generación de robots aéreos con la que se busca ahorrar energía, combinando batir las alas con el planeo, y realizar actividades como el transporte de pequeños paquetes o tomar medidas, incluso cuando se requiere un contacto físico”.

“Creo que son una herramienta muy importante en gran cantidad de aplicaciones que van desde las filmaciones, que vemos cada día en los medios, hasta, por ejemplo, la agricultura y la vigilancia”, ha dicho en referencia a la importancia de estos robots en el futuro.

Estos nuevos robots han sido diseñados para dar un giro a los drones tradicionales pues, además de su compromiso con el medio ambiente, realizarían su trabajo “de forma segura, ya que no tienen hélices que puedan dañar a las personas o a su entorno. Hemos desarrollado los primeros ornitópteros, o pájaros robóticos, inteligentes, que son capaces de volar, posarse en una rama y manipular”.

“En su origen, también suscitaron dudas los aviones para el transporte de pasajeros, o incluso los propios automóviles, cuya circulación también planteaba problemas de integración con el tráfico de personas y animales”, ha dicho el catedrático a quienes presenten temor por ver a estos pájaros volando por las ciudades.

Esta nueva tecnología podría ser una nueva herramienta laboral y ayudar a los trabajadores, según ha explicado el ingeniero, ya que “los robots aéreos pueden trabajar con las personas, por ejemplo, suministrándoles herramientas a los trabajadores en altura o monitorizando su seguridad”.

Disponen de instalaciones “muy apropiadas”, como un “espacio para pruebas en interiores que permite volar conociendo la posición con una precisión milimétrica”, que se unen a las de la Fundación Andaluza para el Desarrollo Aeroespacial en el Centro de Experimentación ATLAS en Villacarrillo (Jaén) donde se puede segregar un espacio aéreo de 35x30 kilómetros para experimentos fuera de la línea de vista. "Son instalaciones excelentes, de las mejores del mundo”.

Ollero defiende el papel de Andalucía y de la Universidad de Sevilla en la robótica aérea internacional tras los premios nacionales e internacionales que reciben sus alumnos y sus proyectos, ya que, como profesor, trata de que sus alumnos puedan ver de forma práctica cómo se utilizan los métodos y tecnologías que se exponen en las clases; “la docencia de calidad implica algo más que preparar las clases siguiendo unos textos. En la universidad es necesario hacer investigación en la materia en la que se imparte docencia”.

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