Sevilla

La Diputación pone fin al edificio Kosovo, 45 años después de su construcción

Con una inversión de 81.747 euros, el edificio conocido como Kosovo, pabellón de infantiles del complejo Miraflores, junto al barrio de Pino Montano

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  • Solar vacío donde hasta hace tres meses se levantaba el edificio Kosovo, del complejo Miraflores, propiedad de la Diputación de Sevilla. -

El edificio conocido como Kosovo, pabellón de infantiles del complejo Miraflores, junto al barrio de Pino Montano y cuyos terrenos son propiedad de la Diputación Provincial de Sevilla, ya es historia tras tres meses de trabajos de demolición del inmueble, construido hace 45 años, en los que se han invertido 81.747 euros.

El grado de deterioro de este edificio, de dos plantas, "hacía difícil otra solución arquitectónica", por lo que la Diputación puso en marcha en 2020 el expediente administrativo que quedó cerrado el pasado 13 de enero con la recepción del acta de certificación de fin de obra, según han confirmado fuentes del organismo provincial a Europa Press.

Los suelos que han quedado liberados no tienen por el momento definido un nuevo uso o destino, como ya avanzó el presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, en declaraciones a Europa Press el pasado 8 de enero, en las que reconocía que "no podíamos permitir ningún tipo de riesgo, por eso promovimos el derribo".

La Diputación posee los terrenos de Miraflores desde finales del siglo XIX, cuando las Hermanas de la Caridad, que adquirieron la antigua huerta para atender allí a enfermos mentales, se los cedieron con la condición de que construyera el hospital psiquiátrico. Están ubicados junto al actual barrio de Pino Montano, entre el trazado norte de la autovía de circunvalación SE-30 y la Ronda Supernorte.

La principal construcción era el antiguo Hospital Psiquiátrico de Sevilla, un edificio de 24.000 metros cuadrados construido en los años 50, que no estaba catalogado y que llevaba en desuso casi treinta años, una vez culminada la Reforma Psiquiátrica. El inmueble, que había dejado de acoger pacientes en 1999, tenía un alto grado de deterioro, tanto que hacía inviable cualquier tipo de rehabilitación, que hubiera resultado más costosa que el derribo.

La solución adoptada fue la misma que en el caso del edificio Kosovo: la demolición, que concluyó en 2017 tras una inversión de 570.000 euros, que incluía la reposición de los vallados del solar que ha dejado el edificio, de 5.000 metros cuadrados de extensión; la reparación de redes de alcantarillado y el limpiado de las vías de acceso.

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