España

La muerte de Zapata desata una ola de represión

Al menos 20 disidentes han sido arrestados para que no pudieran ir al entierro

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  • El disidente Orlando Zapata. -
El disidente cubano Orlando Zapata Tamayo, uno de los presos de la denominada Primavera Negra de 2003, murió este martes en una hospital como consecuencia de una huelga de hambre iniciada a principios de diciembre, según confirmaron organizaciones opositoras y la madre del fallecido.

Al menos 20 personas han sido detenidas en las últimas horas en Cuba en medio de una "ola de represión" desatada por el Gobierno de Raúl Castro contra la disidencia que condenó la muerte del preso político Orlando Zapata Tamayo, informó este miércoles la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN).

Los ataques contra los disidentes comenzaron poco después de que se conociera este martes por la noche (madrugada en España) el fallecimiento de Zapata Tamayo, de 42 años, quien se mantuvo 85 días en huelga de hambre, dijo a Europa Press el presidente de la comisión, Elizardo Sánchez.

Las detenciones, comentó Sánchez, se han producido en la zona este de la isla, pero especialmente en la provincia de Holguín, donde será el entierro del disidente fallecido. En el algunos casos han sido "cuasi detenciones" porque las fuerzas de seguridad han prohibido a los opositores salir de sus casas para asistir al velatorio, agregó.

A este respecto, Rebeca Rodríguez, esposa de uno de los presos políticos y miembro de las Damas de Blanco, aseguró a Europa Press que la situación en este momento en Cuba es "muy tensa" y, por tanto, "no vamos a poder dar ni un paso porque cualquier cosa que hagamos será reprimida".

Rodríguez recordó que el miércoles 3 de febrero una treintena de opositores, incluyendo esposas de los presos políticos, fueron detenidos por unos días en la localidad de Camagüey por acompañar a la madre de Zapata, Reina Luisa Tamayo, a realizar varias visitas a instituciones públicas en las que pidió mejoras en las condiciones de encarcelamiento de su hijo.

El presidente del no reconocido Partido Socialdemócrata de Cuba, Valdimiro Roca, informó a Europa Press de que en La Habana se produjeron al menos cuatro detenciones de disidentes que estaban apoyando a las Damas de Blanco. "Fueron sacados de sus casas por la Policía", señaló.

Zapata Tamayo, uno de los presos de la denominada Primavera Negra de 2003, se declaró en huelga de hambre el 3 de diciembre en el penal de Kilo 8, en Camagüey. Exigía un incremento de sus derechos como preso. Finalmente falleció este martes en un hospital de La Habana donde se encontraba a causa de su delicado estado de salud, que los médicos supuestamente trataron de revertir introduciéndole sueros por vía intravenosa.

Amnistía Internacional había incluido a Zapata en su lista de presos de conciencia. Pese a que en un primer momento fue condenado a tres años de prisión tras participar en una huelga de hambre, el ahora fallecido vio cómo se ampliaba la sentencia hasta 25 años de cárcel al sumarse delitos como "desacato", "desorden público" o "resistencia", según la ONG.

Asesinato
Los opositores al Gobierno de los Castro han coincidido que la muerte de este preso de conciencia era "evitable" y han insistido en calificar este hecho como un "asesinato" que forma parte de la represión y constante "violación" a los Derechos Humanos en la isla.

Roca afirmó que Zapata Tamayo fue víctima de la "crueldad del sistema cubano y del Gobierno de Raúl Castro que no quiso darle las condiciones mínimas" durante su encarcelamiento y posterior debilitamiento de su estado de salud por la huelga de hambre.

"Fidel Castro tuvo mejores condiciones cuando estuvo preso durante (el régimen de Fulgencio) Batista" en el año 1953, recordó Roca, al hacer referencia a los 22 meses de prisión que vivió el ex jefe de Estado cubano antes de asumir el poder en 1959.

Sánchez, por su parte, ha calificado esta muerte como un "homicidio con ropaje judicial y carcelario" que "pudo haberse evitado, porque se le pidió al Gobierno de Cuba que evitara la muerte de Tamayo mejorando sus condiciones, pero al contrario, ha sido víctima de un crimen horrendo".

A su juicio, esta situación pone en evidencia la actitud "arrogante" de las autoridades cubanas y su "absoluto desprecio a la comunidad internacional" que ha hecho constantes llamamientos a La Habana para que respete los Derechos Humanos y garantice las condiciones mínimas de los presos.

"El Gobierno pisotea la propia Constitución porque en Cuba hay mecanismos legales para excarcelar a los presos que se encuentran en estas condiciones" como el caso de Zapata, explicó el presidente de la CCDHRN.

Temor por los presos actuales
Los disidentes cubanos han expresado su temor ante las acciones que podría emprender el Gobierno de Castro contra los actuales presos políticos que suman un total de 200, incluyendo los considerados por Amnistía Internacional como presos de conciencia que son 54.

Rodríguez, esposa del periodista Alfredo Manuel Pulido, condenado a 14 años de prisión, ha manifestado su preocupación porque para las autoridades cubanas los opositores detenidos son "delincuentes, traidores y terroristas cuando en realidad no es así".

Zapata Tamayo "es otra vida que se ha entregado por la defensa de los Derechos Humanos y la libertad en Cuba", enfatizó Rodríguez, al alertar que ante esta situación "cualquier cosa puede pasar y en cualquier momento porque no sabemos cómo va a reaccionar el Gobierno".

Los actuales presos políticos podrían reaccionar contra la muerte de Zapata, comentó Sánchez, al asegurar que el opositor fallecido era apreciado por sus compañeros de prisión. "El Gobierno cubano a la final hará lo que le venga en gana", apuntó.

La CCDHNR ha denunciado en reiteradas ocasiones las condiciones "deplorables" en las que se encuentran los presos políticos y comunes recluidos en las decenas de cárceles que han sido construidas en la isla y a las que se ha impedido el acceso de organismos internacionales interesados en evaluar la situación de las prisiones.

"Las condiciones de salud de los detenidos empeoran cada vez" mientras que la mayoría "padecen enfermedades crónicas" relacionadas con patologías parasitarias, cardiovasculares, renales y psiquiátricas, entre otras, reiteró Sánchez.

Zapata, de 42 años, se declaró en huelga de hambre el pasado 3 de diciembre en el penal de Kilo 8, en la localidad de Camagüey. Exigía un incremento de sus derechos como preso. Finalmente falleció este martes en un hospital de La Habana donde se encontraba a causa de su delicado estado de salud, que los médicos supuestamente trataron de revertir introduciéndole sueros por vía intravenosa.

La organización Directorio Democrático Cubano lamentó la muerte de este "valiente defensor de la libertad", que considera "asesinado" por el régimen comunista. En un comunicado, sostiene que el Gobierno cubano "se negó a garantizarle sus derechos básicos", lo que ha terminado por convertirle en una víctima del "terrorismo de estado", según la secretaria nacional adjunta del Directorio, Janisset Rivero.

La organización denunció que el pasado mes de octubre Zapata sufrió una paliza por parte de militares que le custodiaban en la prisión provincial de Holguín. Estos golpes, prosigue la nota, le provocaron al recluso una hemorragia intracraneal que derivó en una operación quirúrgica.

El Directorio explica que desde que Zapata inició su huelga de hambre y "durante 18 días" el director de la prisión de Kilo 8 le retiró la ingesta de agua, lo que terminó por inducirle un fallo renal. A mediados de enero el preso fue trasladado a un hospital de Camagüey en el que contrajo una neumonía debido al aire acondicionado y a que se encontraba "casi desnudo", agrega el comunicado.

"A pesar de su crítico estado de salud, el régimen lo trasladó la semana pasada al hospital de la Prisión Combinado del Este en La Habana, donde no existían condiciones para tratarlo", denunció el Directorio.

La madre del fallecido, Reina Tamayo Danger, calificó de "asesinato premeditado" la muerte de su hijo, en declaraciones al organismo disidente. "Doy las gracias a todos los hermanos que lucharon por no dejar morir a mi hijo", manifestó.

Por su parte, desde la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, su portavoz Elizardo Sánchez lamentó esta "gran tragedia" y apostilló que la muerte de Zapata no sólo afecta a su familia, sino a todo el movimiento cubano defensor de los Derechos Humanos, tanto en la isla caribeña como en el extranjero.

Amnistía Internacional había incluido a Zapata en su lista de presos de conciencia. Pese a que en un primer momento fue condenado a tres años de prisión tras participar en una huelga de hambre, el ahora fallecido vio cómo se ampliaba la sentencia hasta 25 años de cárcel al sumarse delitos como "desacato", "desorden público" o "resistencia", según la ONG.

El primero desde 1972
Los ecos de la muerte de uno de los estandartes de la Primavera Negra llegaron incluso a Estados Unidos, desde donde el periódico 'The Miami Herald' recordó que no moría un preso cubano durante una protesta contra el Gobierno desde hace casi cuatro décadas. El último, el líder estudiantil y poeta Pedro Luis Boitel, perdió la vida en 1972, también durante una huelga de hambre.

"Sucedió otro Pedro Luis Boitel en Cuba", coincidió Reina Tamayo Danger en sus breves palabras al Directorio Democrático Cubano. Precisamente para que no se repitiesen hechos como éste, las autoridades cubanas han evitado en otras ocasiones las muertes de disidentes, como cuando en 2006 alimentaron por vía intravenosa a Guillermo Fariñas, que pasó siete meses sin comer para exigir el libre acceso a Internet para los cubanos.

Por su parte, el senador por Florida Bill Nelson aseguró en un comunicado que el fallecimiento de Zapata supone "un triste recordatorio del trágico coste de la represión y la dictadura que devalúa la vida humana". A su juicio, "las personas de todo el mundo defensoras de la libertad deberían hacer al régimen cubano responsable del destino de Orlando Zapata Tamayo".

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