A la concejala de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento de Cádiz, Lola Cazalilla, el incidente registrado en la Cabalgata de Reyes Magos de 2021 con el conocido popularmente como “oso perjudicado” no le hizo gracia desde que solo unos minutos después de que las imágenes se publicaran en redes sociales se convirtiera en carne de meme.
“Nos tomamos en serio que en un evento multitudinario no haya ningún accidente y volvamos sanos y sanas a casa. Nos tomamos en serio las críticas constructivas y las posibilidades de mejorar, como en cada cosa que hacemos. Nos tomamos en serio que toda la ciudadanía pueda ver a los Reyes Magos sin necesidad de moverse de su barrio, que los caramelos sean sin gluten y sin azúcar para que todos disfrutemos en igualdad de condiciones y que ningún niño o niña se quede sin regalos el día 6 de enero”, escribió en su perfil de Facebook el 7 de enero del pasado año.
“Precisamente tomarnos en serio lo que requiere seriedad nos permite reírnos de lo anecdótico. Ahora bien, que en esta tierra tengamos la bendita capacidad de reírnos de casi todo, no justifica que desde otros lugares pretendan reírse de nosotros y nosotras como tantas veces se ha hecho. De eso ya, ni mijita”, agregó la responsable de Cultura y Fiestas del equipo de Gobierno de José María González, Kichi.
En vísperas de la presentación de la Cabalgata de este año, Cazalilla respondió en la misma línea a la pregunta de los periodistas durante una comparecencia pública sobre si había decidido que desfilara el “oso perjudicado”.
“En Cádiz distinguimos bien la frontera entre la gracia y la carga y lo que es hacernos pesados”, declaró y, tras descartar que contara con el personaje, sentenció que “el hecho anecdótico que ocurrió el pasado año y que nos sirvió a todos para reírnos y desconectar de la realidad que teníamos encima”, tal vez tenga cabida, “si nos siguen quedando ganas de cachondeo” para las cabalgatas “de Carnaval y del Humor, que es más su momento”.
La concejala también quiso quitar importancia a los cientos de firmas recogidas por medio de la plataforma change.org por José María Guerrero, Yuyu, para demandar al Ayuntamiento que contara con el plantígrado porque, sostuvo “no lo piden los niños y las niñas” de Cádiz, sino “los adultos”, para quienes no está pensada la fiesta.
El promotor de la iniciativa, popular carnavalero y comunicador, lamenta, sin embargo, que el equipo de Gobierno no atendiera la iniciativa. “No se trataba de echar un pulso a nadie”, aclara Yuyu en conversación telefónica, pero defiende que, si la Cabalgata de Reyes Magos hubiera contado con “el oso chungo”, “habríamos demostrado que en esta ciudad sabemos reírnos de lo que nos ha salido mal” porque “esto forma parte de la esencia de Cádiz”.
“No habría perjudicado la reputación (de la localidad), sino habría servido para reafirmar el sentido del humor” de nuestra tierra, argumenta, “el arte que tiene la gente” de la capital.
La Asociación de Vecinos El Carmen de los barrios del Mentidero y San Lorenzo Mártir dio buena cuenta de ello en la Cabalgata de Reyes Magos celebrada el pasado 2 de enero. “Todos los años la organizamos y, tras el Covid, cuando comenzamos a prepararla, se nos ocurrió comprar un disfraz del oso y ponerle un collarín”, relata Armando Vicente Pina, vicepresidente del colectivo.
Y la idea se les fue de las manos ante un éxito que ha dado la vuelta a España gracias a las redes sociales y los informativos de las principales cadenas de televisión, relegando a sus Majestades y los 1.000 kilos de caramelos repartidos en un segundo plano.
Vicente Pina se felicita, en cualquier caso, porque el objetivo de los vecinos y los comerciantes es que la cabalgata, que tiene todos los años fines solidarios, crezca. Y, por otro lado, se congratula de haber arrancado risas a los usuarios de internet y la audiencia televisiva. “Hemos nacido para esto, si España es un lápiz, Cádiz es quien le saca punta”, reflexiona.
Cazalilla, en cualquier caso, ha pasado página definitivamente. La concejala volvió a publicar un balance de la jornada del 5 de enero en sus redes. En esta ocasión, se limitó a destacar el regreso a la normalidad y el éxito de una Cabalgata sin incidencias, que alimentó la ilusión de los más pequeños pero no se libró del agrio debate sobre el acierto en la elección de los grupos de animación, los figurantes o los horarios.
Mención aparte merece que usuarios en redes y algunos medios nacionales y locales trataron de convertir la anécdota en noticia cuando un muñeco de nieve hinchable se desinfló justo antes de que arrancara la Cabalgata. La concejala de Cultura y Fiestas dio orden inmediata de que se retirara para que no diera problemas durante el desfile. No pudo evitar la proliferación de memes al estilo del “oso perjudicado”, pero no corrieron la misma suerte porque, aquí no cabe discusión, ni fue gracioso ni relevante.
