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La muerte de Labordeta provoca una fuerte consternación

La muerte de José Antonio Labordeta causó una amplia consternación social por la pérdida de un hombre justo e íntegro que ha defendido y cantado a la libertad, como han destacado las numerosas expresiones de pésame que se sucedieron y las miles de personas que pasaron por su capilla ardiente.

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  • El féretro y la familia de José A. Labordeta en la capilla ardiente instalada en el Palacio de La Aljafería. -
La muerte de José Antonio Labordeta causó una amplia consternación social por la pérdida de un hombre justo e íntegro que ha defendido y cantado a la libertad, como han destacado las numerosas expresiones de pésame que se sucedieron y las miles de personas que pasaron por su capilla ardiente.

El féretro con el cuerpo de Labordeta fue expuesto en el Salón San Jorge del Palacio de la Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, abierto hasta las 24:00 horas de ayer para que los ciudadanos manifiesten sus condolencias, que podrán seguir realizando hoy entre las 09:00 y las 21:00 horas.

El ataúd está custodiado a un lado por su familia, su esposa y sus tres hijas, y al otro por las autoridades de la Comunidad, encabezadas por el presidente Marcelino Iglesias.

Miles de personas, casi 16.000 en las dos primeras horas, desfilaron delante del féretro para dar su último adiós al cantautor, escritor y político aragonés, que murió esta madrugada a los 75 años a causa de un cáncer de
próstata que se le diagnosticó hace cuatro años.

Ante un sencillo ataúd de madera cubierto por la bandera aragonesa y un centro de rosas rojas a sus pies con el texto: “Con cariño de tu esposa e hijas”, pasó gente anónima que sentía admiración por Labordeta y su actitud política y cultural, según los testimonios recogidos por Efe.

Las primeros en entrar fueron una joven y su madre, ésta en una silla de ruedas, que dijeron que no lo conocían personalmente pero que querían despedirlo porque para ellas era un gran aragonés y un gran intelectual, y un compañero de la transición al que seguían desde que cantaba en las fiestas del PCE en Madrid.

Una pareja de Zaragoza, que esperaba desde las cuatro de la tarde, junto a varias decenas de personas a que abrieran la capilla ardiente, destacaron la personalidad de Labordeta, un gran poeta y político y aragonés.
También entre las primeras personas en desfilar ante la capilla ardiente las había de otros lugares, como una señora que, con unos claveles rojos en sus manos, indicó que venía de Barcelona.

Gonzalo Grande, un hombre de 40 años, con una bandera republicana sobre sus hombros, dijo a Efe que tampoco le conocía pero que, como todos los aragoneses, siente que “se ha perdido una persona especial, que unía en cualquier lucha”.

La mayoría de los que desfilan ante el féretro firman antes en el libro que se ha colocado en el Palacio de la Aljafería para que quien lo desee transmita sus condolencias a la familia.

El fallecimiento de Labordeta ha causado una gran consternación en la clase política y cultural aragonesa y española, que se ha manifestado con numerosos testimonios de pésame y solidaridad con su familia.

Lo ha hecho en Alcañiz (Teruel), donde asistía al mundial de motociclismo, el Rey Don Juan Carlos, quien dijo de Labordeta que era “un gran amigo”, un “gran aragonés” y “un patriota”, “siento muchísimo su muerte”.

También el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, le recordaba así al inicio de un mitin del PSC en Gavá (Barcelona): “Permitidme que mis primeras palabras sean de recuerdo y homenaje a un hombre auténtico que nos ha dejado, a Labordeta, al que queremos”.

La ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, que se acercó ayer hasta Zaragoza para visitar la capilla ardiente resaltó el sentido común, capacidad artística y socarronería y humor inteligente de Labordeta.

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