Adrián Arias. EFE | Desde hace no mucho tiempo, en una galaxia muy cercana, existe un puerto espacial ubicado en el planeta Tierra, en la campiña del Pisuerga, donde jedis y droides comparten copas junto a otras razas emblemáticas del universo de la Guerra de las Galaxias, todos ellos en el corazón de la España vaciada.
Con las coordenadas planetarias fijadas en Valoria la Buena (Valladolid) -647 habitantes- un viajero intergaláctico puede hacer una visita a Jabba el Hutt o tomar un trago de ‘spotchka’ junto a la Resistencia en un puerto espacial recreado al milímetro por el escultor asturiano afincado en Valladolid Juan Villa, que abre las puertas de su taller y exposición a la Agencia EFE.
Lo primero que llama la atención al visitante es el edificio que alberga el propio puerto espacial, construido en piedra a mediados del siglo pasado a semejanza de un castillo medieval y que ahora acoge una recreación «muy detallada» del universo de Star Wars que «deja a todos con la boca abierta», especialmente a los más fanáticos de la saga.
Conocido por sus trabajos en series o para la gran pantalla, Villa decidió pulsar al botón de pausa en su vida y dedicar sus esfuerzos a proyectos más personales, con menos encargos, y más enfocados en lo que a él realmente le llena, como es su pasión por la saga de George Lucas, aunque confiesa que él es más de Star Trek.
Realizadas con materiales de todo tipo, incluso con una pasta de almidón de maíz modelada en 3D, Villa da vida a los inquilinos de un puerto espacial repleto de personajes de las más diversas razas del universo de Star Wars, donde no pueden faltar C-3PO, R2-D2, Chewbacca o el malo por excelencia de la ciencia ficción, Darth Vader.
Un pase VIP tienen todos aquellos miembros de la Resistencia, la alianza de rebeldes para restaurar la República, que tienen en este puerto espacial su base de reuniones para sabotear los malvados planes del Imperio, que próximamente verá incrementadas sus fuerzas en la estación con la horneada de Tropas de Asalto que prepara Villa en su taller. «Hay que equilibrar un poco las fuerzas», reconoce el escultor entre risas.
Junto con otros dos compañeros escultores y su pareja, Villa cuenta cómo la parte más divertida del proceso de dar forma a un extraterrestre es hacer sus expresiones, que suele modelar a mano en materiales como barro, látex o poliéster, mientras que las partes más «aburridas», como las manos o partes que sirven de encaje las ‘esculpe’ una impresora en 3D.
«Puede resultar extraño que un escultor imprima parte de sus obras en 3D, pero la tecnología también se abre camino en la escultura y el modelaje», argumenta Villa, que destaca cómo la impresión en tres dimensiones también lleva un proceso complejo de dibujo y cálculo. «Además, esto permite aligerar mucho los tiempos», añade.
Jedis y Siths entre viñedos
El puerto espacial al que Villa ha dado vida se ubica además en pleno corazón vitivinícola de la Denominación de Origen Cigales, cuyas viñas modelan el paisaje de esta tierra castellana afectada por la pérdida progresiva de población desde hace décadas.
Con la idea de revitalizar y dar otro ambiente a la zona, Villa puso también en marcha hace unos años un proyecto ubicado a unos pocos kilómetros de su puerto espacial, en el municipio vallisoletano de Trigueros del Valle, donde convirtió un castillo medieval abandonado en un lugar fantasioso tomado por dragones y seres mitológicos y fantásticos.
Todo este ambiente de ensueño ha despertado en estos dos municipios, Trigueros del Valle y Valoria la Buena, una atmósfera de película y por sus calles a los paisanos ya no les sorprende ver cada fin de semana a gente disfrazada para la ocasión.
«Los domingos se puede ver a Darth Vader o a jedis tomando el vermú en el pueblo y eso es algo maravilloso», apostilla entre risas el creador de este mundo galáctico en plena meseta castellana.