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‘Sazonar’ un bioplástico biodegradable para que sea más resistente

Científicos coreanos han descubierto una forma de ‘sazonar’ los plásticos biodegradables para hacerlos más resistentes. Basta con una ‘pizca’ de ácido tartárico o ácido cítrico. Para ayudar a reducir la cantidad de residuos plásticos, algunas empresas están adoptando plásticos biodegradables que acaban desintegrándose. Sin embargo, a menudo ocurre que cuanto más fácilmente se desintegran estos […]

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Científicos coreanos han descubierto una forma de ‘sazonar’ los plásticos biodegradables para hacerlos más resistentes. Basta con una ‘pizca’ de ácido tartárico o ácido cítrico.

Para ayudar a reducir la cantidad de residuos plásticos, algunas empresas están adoptando plásticos biodegradables que acaban desintegrándose. Sin embargo, a menudo ocurre que cuanto más fácilmente se desintegran estos materiales, más endebles son, rompiéndose a la menor presión. Una solución podría ser espolvorear aditivos, similares a los condimentos de sal y pimienta en la cocina, para aumentar su resistencia y dureza.

Algunos investigadores han utilizado aditivos derivados del petróleo, pero pueden ralentizar la degradación y son poco atractivos para los consumidores que desean productos elaborados con ingredientes naturales de origen biológico.

Por eso, Jeyoung Park, de la Sogang University, y su equipo, querían comprobar si «sazonar» un bioplástico biodegradable llamado poli(succinato de butileno) (PBS) con ácido tartárico o ácido cítrico derivados de la fruta podía mejorar las propiedades mecánicas del plástico. Publican resultados en Sustainable Chemistry & Engineering.

Los investigadores fabricaron PBS sazonado calentando primero ácido succínico y 1,4-butanodiol con pequeñas cantidades de ácido tartárico o cítrico. A continuación, añadieron butóxido de titanio (IV) y secaron los productos. En las pruebas, las dos nuevas películas se estiraron más del doble antes de romperse y dejaron pasar menos oxígeno que el PBS puro.

Estos resultados indican que, a diferencia de la versión original, los nuevos materiales podrían utilizarse con éxito para bolsas o envases de alimentos, dicen los investigadores. Además, los dos materiales experimentales eran más resistentes que muchos plásticos biodegradables convencionales y que algunos productos derivados del petróleo.

Un posible inconveniente es que los nuevos polímeros con aditivos tardaron algo más en descomponerse en agua que el PBS puro durante 14 semanas, aunque esto podría ser beneficioso para aplicaciones de envasado de alimentos en entornos húmedos. Dado que el método de «sazonado» es relativamente sencillo, los investigadores afirman que los nuevos plásticos podrían fabricarse con los procesos industriales actuales, sustituyendo potencialmente a los polímeros derivados del petróleo.

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