CARMEN MARTÍN – EFE | Los Óscar han recuperado en esta edición el teatro Dolby de Los Ángeles, adonde regresó la vieja normalidad y el glamur volvió a la alfombra roja. En esta ocasión, las mujeres se esfuerzan por lucir elegantes y los hombres arriesgan y ganan.
Tras las dos ediciones marcadas por la pandemia, los asistentes a esta nueva fiesta del cine fueron conscientes de que la prestigiosa alfombra exige glamur y así, con las cosas bien claras, llegó Penélope Cruz.
La actriz española se decantó por un original vestido con voluminosa falda y original escote «halter», cerrado con lazo frontal de Chanel, una creación que le convirtió en el centro de todas las miradas.
Más contenida fue la apuesta de Nicole Kidman que llegó a la fiesta del cine con un diseño de Armani Privé que centraba la atención en la cadera a través de un voluminoso volante en la cintura.
Un vestido, que realzaba su figura, y que recordaba los diseños de la época dorada de Hollywood como los lucidos por Audrey Hepburn o Grece Kelly.
Una estela a la que se sumaron Zoë Kravitz, con un romántico vestido rosa pastel de Saint Laurent, Demi Singleton con un diseño malva con aplicaciones y Jennifer Garner con un modelo rojo de Brandon Maxwell, que, casualmente, mantenía similitudes con el mítico vestido que Julia Roberts portó en la película «Pretty Woman».
Más romántica ha sido la apuesta de la joven Saniyya Sidney con un palabra de honor con flores en rosa y celeste que recordaba a los cuentos de princesa.
Ariana DeBose, actriz que hasta ahora nadie conocía, Óscar a la mejor actriz de reparto por «West Side Story», acertó con un conjunto rojo de alta costura de Valentino.
Kirsten Dunst, nominada a mejor actriz de reparto por «The Power of the dog», apostó por un diseño vintage de Christian Lacroix y Tracee Ellis Ross en un diseño de Carolina Herrera.
Más juvenil ha resultado las creaciones de la actriz Zendaya, protagonista de «Dune», que muy elegante lució blusa «crop top» blanco de raso y falda larga con cola cuajada de lentejuelas, una creación de Valentino que completó con joyas en el cuello y muñeca.
Uma Thurman, también se ha decantado por el elegante binomio cromática en versión camisa blanca con falda negra, de Bottega Veneta.
Kristen Stewart, nominada a mejor actriz protagonista por «Spencer», rompe las reglas del vestir de gala con un «micro shorts» de Chanel conjuntado con americana y blusa desabrochada hasta la cintura, que le permitía lucir un colgante de brillantes y un importante rubí.
Blanco inmaculado han destacado la actriz irlandesa Jessie Buckley, con un vestido con escote en uve y con cola de la firma Erdem y la veterana Judi Dench.
La protagonista de «The Worst person in the world», Renate Reinsve ha pasado en sólo unos meses de ser una auténtica desconocida a convertirse en el rostro del momento en Hollywood, y lo ha demostrado en la alfombra roja luciendo un vestido «boho» firmado por Louis Vuitton.
BRILLOS OCHENTEROS
Jessica Chastain, ganadora del Óscar a la mejor actriz, recogió la estatuilla dorada con un vestido muy ochentero en malva y dorado con el que hizo un guiño a su personaje Tammy Faye.
Con destellos en plata apareció Olivia Colman, que aspirabz a mejor actriz protagonista por «The Lost Daughter», un tono también escogido por Alana Haim, protagonista de «Licorice Pizza», que se decantó por un diseño de Louis Vuitton.
El brillo alcanzó su punto más álgido cuando apareció en la alfombra roja Lupita Nyong’o con un vestido dorado de lentejuelas firmado por Prada.
Billie Eilish llegó de negro, al igual que las actrices Vanessa Hudgens, Sofía Carson, Laverne
Cox, Rita Moreno y Maggie Gyllenhaal y la directora Jane Campion.
LOS HOMBRES ARRIESGAN Y GANAN
Así, la mayoría eligieron su vestuario con tino, tenían claro que querían romper barreras. Uno de los estilismos más comentados y arriesgados fue el de Timothée Chalamet, que optó por no llevar nada debajo de la chaqueta de su traje de Louis Vuitton, unas joyas y una sutil sonrisa le bastaron para dar la campanada en sobre la alfombra roja.
Originales también se mostraron Kodi Smit-McPhee, que se decantó por un esmoquin azul bebé de Bottega Veneta y el cantante colombiano Sebastián Yatra, por otro de color rosa palo de Moschino.
Ceñido a una elegancia más tradicional, pero con una nota vanguardista apareció Javier Bardem, con un esmoquin negro brocado. Una estela que siguió Andrew Garfield con americana de terciopelo granate y camisa negra con lazada y el cantante Luis Fonsi.
Clásico, el actor y director Kenneth Branagh, nominado por su trabajo en «Belfast» apareció con elegante esmoquin azul marino con solapas en negro, combinado con una camisa blanca y pajarita negra.
En esa misma línea, Bradley Cooper, Benedict Cumberbatch, que lució impecable con un esmoquin negro y en su solapa la bandera de Ucrania, y Ashton Kutcher, que junto a su mujer, Mila Kunis, han recaudado fondos -cerca de 32 millones de dólares- para ayudar a los damnificados por la invasión de Rusia a Ucrania.
Por primera vez en los 94 años de los Óscar, tres mujeres, Regina Hall, Amy Schumer y Wanda Sykes, han sido las encargadas de conducir y poner humor a la gala totalmente presencial, a la que asistieron unos 2.700 invitados.
Entre ellos, la tenista Venus Williams -que lució un vestido de Elie Saab blanco con original escote- una de las productoras de «El método Williams». Su hermana Serena también asistió, vestida de Gucci y acompañada de su marido, Alexis Ohanian.