Son 32 cuencas de conchas marinas perforadas (Nassarius gibbosulus) -de unos 5 centímetros de talla- que fueron encontradas en la cueva de Bizmoune (que significa en bereber el lugar donde vive la leona), situado a unos 15 kilómetros de la ciudad costera de Essauira (sur).
Los descubrimientos han sido dirigidos por un grupo pluridisciplinar de científicos de diferentes países encabezados por Abdeljalil Bouzouggar, del Instituto de Ciencias de Arqueología y del Patrimonio (INSAP), Steven Kuhn de la Universidad de Arizona y Philippe Fernandez, de la Universidad Aix Marseille de Francia.
«Esto nos lleva a plantear la siguiente pregunta ¿no habría existido un centro de difusión y de circulación de estos objetos?», indicó.
Este descubrimiento provee informaciones cruciales sobre el origen del comportamiento simbólico, apuntó Bouzouggar que según él tiene varios significados como la presencia de un lenguaje para transmitir este simbolismo, además de la existencia de relaciones más fuertes entre miembros del mismo grupo o la emergencia de las identidades.
Por su parte, Ismael Sánchez Morales, que forma parte del equipo del descubrimiento, dijo a Efe que junto a estas conchas -que fueron usadas como collares o brazaletes– se han encontrado también pigmentos rojos hechos de mineral ocre que se usaban para pintar las conchas, los cuerpos y tal vez la ropa en aquel tiempo.
También se han descubierto evidencias de material de vegetales como el argán o de animales como el rinoceronte.
Estas evidencias han sido expuestas en la Necrópolis de Chellah en Rabat durante una ceremonia organizada por el Ministerio marroquí de Cultura, a la que asistió del ministro del ramo, Mehdi Bensaid, el consejero del rey Mohamed VI André Azoulay, y varias personalidades culturales del país.