EP | La biofluorescencia, que permite a los organismos emitir un brillo fluorescente después de absorber la energía de la luz, puede estar muy extendida en los anfibios, incluidas las salamandras y las ranas, según un estudio publicado este jueves en la revista ‘Scientific Reports’. Hasta ahora se había observado previamente en una sola salamandra y tres especies de ranas.
Los investigadores Jennifer Lamb y Matthew Davis expusieron entre uno y cinco individuos de 32 especies de anfibios a la luz azul o ultravioleta y midieron las longitudes de onda de la luz emitida por los animales mediante espectrometría.
Encontraron que todas las especies examinadas eran biofluorescentes, aunque los patrones de fluorescencia diferían sustancialmente entre especies que iban desde manchas y rayas fluorescentes hasta huesos fluorescentes o fluorescencia total.
Los autores sugieren que la biofluorescencia puede permitir que los anfibios se ubiquen entre sí en condiciones de poca luz, ya que sus ojos contienen células de varilla que son sensibles a la luz verde o azul. La biofluorescencia puede crear más contraste entre los anfibios y su entorno, permitiendo que otros anfibios los detecten más fácilmente.
También podría ayudar a los anfibios en el camuflaje, la imitación de depredadores o la elección de la pareja, como se ha observado en otras especies biofluorescentes.
Según los autores, los mecanismos subyacentes a la biofluorescencia pueden incluir la presencia de proteínas y compuestos fluorescentes en la piel, las secreciones y los huesos o pueden estar relacionados con la composición química y estructural de los cromatóforos de algunos anfibios (células que contienen pigmentos y que reflejan la luz).
Estos hallazgos sugieren, además, que los antepasados de los anfibios modernos fueron capaces de ‘biofluorecer’, lo que dio lugar a que el fenómeno se extendiera entre los anfibios vivos en la actualidad.