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«En casa de herrero…» La empresa se llama WeWork, pero van a despedir a 2.400 empleados

La firma estadounidense de espacios de trabajo compartidos WeWork confirmó este jueves que despedirá a 2.400 empleados en todo el mundo, un ajuste que comenzó hace semanas y con el que intentará paliar sus problemas financieros, marcados por su polémica gestión de negocio y su fallida salida a bolsa. «Como parte de nuestro renovado énfasis […]

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La firma estadounidense de espacios de trabajo compartidos WeWork confirmó este jueves que despedirá a 2.400 empleados en todo el mundo, un ajuste que comenzó hace semanas y con el que intentará paliar sus problemas financieros, marcados por su polémica gestión de negocio y su fallida salida a bolsa.

«Como parte de nuestro renovado énfasis en el negocio principal de WeWork, y como hemos compartido previamente con los empleados, la compañía está haciendo los despidos necesarios para crear una organización más eficiente», dijo un portavoz a Efe.

«El proceso empezó hace semanas en regiones de todo el mundo y continuó esta semana en Estados Unidos. La reducción del personal afectará aproximadamente a 2.400 empleados globalmente, y recibirán indemnización, beneficios y otras formas de asistencia que ayuden en la transición de su carrera», agregó.

Tras semanas de especulaciones sobre los despidos, el pasado domingo The New York Times informó, citando fuentes conocedoras del asunto, de que la firma planeaba recortar «al menos» 4.000 empleos, de los cuales entre 2.000 y 2.500 pertenecerían al «negocio principal» de los espacios de alquiler, 1.000 a otras áreas y 1.000 a mantenimiento.

En una nota interna divulgada a la plantilla el lunes, el presidente ejecutivo de la firma con sede en Nueva York, Marcelo Claure, señaló que esta semana se avecinaban «eliminaciones de trabajo necesarias», aunque no precisó cuántas, y convocó a una reunión a la junta directiva el viernes para abordar los cambios.

WeWork ha sufrido una debacle financiera en los últimos meses, pasando de estar valorada en unos 47.000 millones de dólares (42.267 millones de euros) a unos 20.000 millones (17.986 millones de euros) el pasado septiembre, cuando renunció a su debut bursátil bajo un amplío análisis de su gestión de negocio y su liderazgo.

Según los documentos que la compañía entregó al regulador de la bolsa de EEUU, en 2018 tuvo unas pérdidas netas de 1.900 millones de dólares, mientras que en la primera mitad de este año la cifra neta negativa llegó a 900 millones de dólares.

A finales de septiembre, su cofundador, Adam Neumann, se retiró como consejero delegado en medio de las críticas de los inversores sobre la tasación de la compañía y su liderazgo e imagen pública. En su salida de la empresa, se embolsó 1.700 millones de dólares.

La firma parecía encaminada a quedarse sin dinero cuando el grupo japonés Softbank anunció el mes pasado un acuerdo por el que ofrecería «significativa financiación» a WeWork, unos 8.000 millones de dólares (7.194 millones de euros), y pasaría a ser dueño de cerca del 80 % del capital.

WeWork ya había recibido anteriormente una financiación de unos 10.000 millones de dólares (8.993 millones de euros) del fondo Vision Fund, que tiene entre sus principales financiadores a Softbank y fondos soberanos de Arabia Saudí.

Esta semana, la compañía comunicó a sus inversores que en el tercer trimestre de 2019 ha tenido pérdidas de 1.250 millones de dólares, un incremento del 150 % respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que sus ingresos prácticamente se duplicaron, hasta 934 millones.

La tasa de ocupación de sus espacios descendió al 79 %, su cifra más baja desde mediados de 2017, coincidiendo con una rápida expansión, que durante ese trimestre se tradujo en un récord de 115.000 nuevas mesas de trabajo, según recoge CNBC.

En una presentación a inversores fechada a principios de octubre, WeWork adelantó que iba a centrarse en su negocio principal y buscar clientes corporativos, estableciendo también que su liderazgo debía estar compuesto por «ejecutivos verificados», en una crítica velada a Neumann.

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