La pequeña isla noruega de Sommar ha saltado a la fama por la curiosa intención de sus 300 habitantes, hartos de vivir al ritmo del reloj cuando el sol no «opina» lo mismo.
La isla está situada al norte del Círculo Polar Ártico y eso hace que los ciclos de 24 horas sean días o noches casi completos. De hecho, ahora mismo atraviesa un ciclo de 70 días a pleno sol. Así las cosas, los vecinos se han puesto de acuerdo para eliminar los relojes y vivir a su aire sin restricciones horarias.
Esta medida se votó en asamblea y la idea es clara: eliminar los horarios para todo y facilitar que las personas vivan a su aire. «Nuestro objetivo es conseguir para los vecinos la máxima flexibilidad, 24 horas al día y siete días a la semana, si quieres cortar el césped a las cuatro de la madrugada, puedes hacerlo», explican los impulsores de la iniciativa.
La idea puede volver locos a los dueños de tiendas y locales de hostelería, pero piensan que puede ser un aliciente para el turismo y algunas personas querrán probar la experiencia. Eso sí, habrá que tener las cocinas siempre abiertas por si alguien quiere «almorzar» a las tres de la mañana y los hoteles tendrá que idear algo para que sus huéspedes abandonen las habitaciones a tiempo.
Esta idea se quiere simbolizar en un acto muy vistoso: colgar los relojes en el puente que separa la isla del resto del municipio al que pertenece. Es decir, todo el que quiera entrar deberá dejar su reloj enganchado en la entrada de Sommar. A partir de ahí, se entraría en un territorio sin tiempo.
