Se investiga como una posible acción de venganza, pero, independientemente del motivo, un cirujano ya ha perdido su trabajo. Y todo por grabar y difundir vídeos pornográficos desde las instalaciones de la clínica en la que trabajaba.
Los hechos sucedieron en un centro dental valenciano que ya ha puesto de patitas en la calle al doctor. Por si fuera poco, otro centro en el que colaboraba puntualmente también ha decidido cortar cualquier tipo de relación profesional con el implicado. Más que por los vídeos en sí el motivo del despido es la irresponsabilidad de grabar uno de los vídeos cerca de un quirófano, lugar que debe mantenerse totalmente limpio y cerrado.
La información, revelada por El Mundo, llega tras difundirse a través de Whatsapp una serie de vídeos sexuales protagonizados por distintas mujeres y el doctor. Además de ser el aparato que grabó, el móvil del investigado es el primer difusor de las imágenes.
Eso sí, el doctor niega ser el responsable de la difusión aunque salieran desde su teléfono y, curiosamente, se enviasen a una mayoría de contactos femeninos.
