Investigadores chinos han descubierto que la separación genética entre los asiáticos y europeos modernos se produjo hace aproximadamente 40.000 años, según un estudio publicado en el último número de la revista especializada Cell.
Paleontólogos de la Academia de Ciencias de China han concluido que la separación genética entre estas dos poblaciones ocurrió hace 40.000 años, después de estudiar restos de la zona de Eurasia durante la Era Paleolítica Superior mediante secuenciación del ADN.
Además, determinaron que hasta cuatro poblaciones distintas, incluyendo asiáticos, europeos y dos grupos que no sobrevivieron hasta hoy, estaban presentes en esa zona durante la también conocida como Edad de Piedra tardía, un período de hace entre 50.000 y 10.000 años.
«Los estudios genéticos de individuos antiguos se han vuelto más frecuentes en los últimos años debido al progreso de la tecnología y, como resultado, podemos ver la presencia de múltiples subpoblaciones distintas en Europa y en Asia, y su contribución genética a las poblaciones actuales», explicó en su artículo Qiaomei Fu, investigadora principal.
Hasta hace poco, se sabía muy poco sobre la relación genética entre los humanos modernos de la Era Paleolítica Superior y las poblaciones actuales.
Sin embargo, Quiaomei destacó que es un «gran momento» para estudiar la genética evolutiva humana porque el desarrollo de la tecnología de secuenciación y los recursos informáticos «minimizan la destrucción de muestras y maximizan la generación y el almacenamiento de datos».
Estos análisis también revelaron al menos dos eventos de mezcla de poblaciones de neandertales, uno aproximadamente entre 50.000 y 60.000 años atrás y otro hace más de 37.000 años.
Este ancestro neandertal disminuyó gradualmente su presencia genética en ancestros europeos, que datan de más de 14.000 años, hasta desaparecer.
La paleontóloga insistió en la idea de que actualmente existe «un gran potencial» para comprender la biología de la prehistoria humana de una manera «que nunca antes había sido accesible».
«Con grandes conjuntos de datos genómicos actuales y una mayor colaboración internacional para manejar los muchos conjuntos de datos antiguos recientemente secuenciados, este es un gran momento», continuó la científica.
De cara al futuro, la experta y sus colegas esperan extender este tipo de secuenciación y análisis para aprender más sobre la prehistoria genética de Asia Oriental y otras regiones, incluyendo Oceanía, África y América.
«Todas esas áreas tienen una rica prehistoria humana, particularmente África, por lo que cualquier ADN antiguo de esos continentes probablemente resolverá algunas preguntas importantes sobre la migración humana», concluyó Quiaomei.