Ana Mengotti (EFE EEUU) | Cansada del «suspense» de las encuestas y preocupada por el medioambiente, una universidad de Florida organizó una carrera de tiburones para predecir quién será el nuevo presidente de Estados Unidos, y el marrajo «Trump» lleva la delantera a «Clinton» a falta de tres días para el final.
El tiburón mako o marrajo (Isurus oxyrinchus) que lleva el nombre del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, ha llegado más lejos que el que se llama como la aspirante demócrata, Hillary Clinton, de la misma especie.
Desde el 26 de septiembre hasta hoy, «Trump» lleva recorridas 635,26 millas (más de 1.000 kilómetros) y «Clinton» 484,82 (779 kilómetros), de acuerdo con el mapa interactivo que la Nova Southeastern University (NSU) ha colocado en su web para poder seguir a los escualos «marcados» con rastreadores por satélite.
En el mundo de los humanos las encuestas muestran un empate técnico o una leve ventaja para Clinton en esta recta final de la carrera presidencial, que concluirá en las urnas el 8 de noviembre.
Ambas carreras, sin embargo, coinciden en que los dos contendientes no se pueden ni ver.
Del antagonismo entre el republicano y la demócrata hay ejemplos a diario. En cuanto a «Trump» y «Clinton», el mapa satelital los muestra en una misma zona, al sur del estado de Connecticut y frente al de Nueva York, pero nadando siempre en direcciones contrarias y sin coincidir una sola vez desde el 26 de septiembre.
«Cada cuatro años en nuestro país, lo mejor y lo peor de los candidatos, y del pueblo, se manifiestan en el discurso político (…) Este año el país está más dividido que nunca por razones de raza, derechos humanos, la economía y, por supuesto, la política», dice a Efe Brandon Hensler, director ejecutivo de Relaciones Públicas y Marketing de la NSU, con sede en Fort Lauderdale.
«Por eso, este año decidimos mezclar ciencia y política para divertirnos», agrega.
«Es una manera de tomar una elección que ha sido la más polémica de nuestra generación, hacerla divertida, mientras nos tomamos un momento para enseñar al público las investigaciones que hacemos no sólo sobre tiburones, sino sobre arrecifes de coral y todo el medioambiente del mar», subraya.
El ganador de la «Carrera Presidencial de Tiburones» se anunciará este próximo viernes, 4 de noviembre, y después habrá que esperar cuatro días para saber si estos animales son tan certeros adivinadores como el pulpo «Paul», que vaticinó que España iba a ganar el Mundial de Fútbol de 2010.
«Trump» y «Clinton» forman parte de una investigación sobre las migraciones de escualos que se realiza en el Halmos College of Natural Sciences and Oceanography de la NSU.
«Clinton» tiene como lema de carrera «Swimming Stronger Together» (Nadando juntos somos más fuertes) y «Trump», «Mako America Great Again», un juego de palabras en el que «mako» sustituye a «make» (hacer) en el lema del candidato republicano (Hagamos América grande de nuevo).
«Para mí, esto no se trata de política, sino de investigación», asegura el presidente de NSU, George Hanbury, en un comunicado en el que resalta el trabajo que esta universidad hace para proteger mejor a esos animales marinos.
Organizaciones de defensa de los animales calculan que cada año entre 70 y 100 millones de tiburones son capturados en el mundo, la mayor parte de la veces para cortarles las aletas, por la que en mercados asiáticos se pagan entre 40 y 60 dólares por unidad.
La investigación de NSU acerca de los makos, también llamados marrajos, ha revelado que, como ocurre con las personas, hay diferencias de comportamiento entre uno y otro ejemplar.
El rastreo por satélite muestra que hay unos que tienden a recorrer miles de millas y a alejarse de la costa hacia aguas abiertas del océano Atlántico, como «Trump», y otros que se mueven en un área más reducida y «familiar», como ha hecho «Clinton», precisa el profesor Mahmood Shivji, que supervisa la investigación.
Aunque parezca que todo está ya decidido, de aquí al viernes pueden pasar muchas cosas en la carrera de tiburones.
Aproximadamente al 30 % de los marrajos a los que NSU coloca geolocalizadores se le pierde el rastro, posiblemente porque son capturados por pescadores, y también puede pasar que el dispositivo deje de funcionar por algún otro motivo y el marcador de detenga, explica Shivji.
También es posible que a «Clinton» le dé frenéticamente por hacer millas y a «Trump» en cambio por descansar. Nada se decide hasta el final, como en las elecciones del 8 de noviembre.