“La poesía en lengua castellana hoy no tiene ningún Aconcagua, pero sí hay una cordillera y eso es muy bueno”, dijo Juan Gelman en una de las actividades más esperadas de la Feria del Libro de Guadalajara (México), porque no es fácil hacer coincidir a dos grandes de la poesía que viven en países tan distantes y que, además, son amigos.
Había química y complicidad entre ellos y el público que llenaba la sala lo notó enseguida, porque Gelman y Gamoneda demostraron tener sentido del humor y, sobre todo, amor a su oficio, el de poeta.
El encuentro estuvo moderado por el poeta español Antonio Colinas, que no trató de buscar coincidencias entre las obras de ambos premios Cervantes porque “ni en España ni en América existe una sola forma de poesía, y eso es signo indudable de libertad”.
Aunque ambos comparten “un afán de ir más allá con sus palabras, con el lenguaje, sin renunciar a esa realidad, a veces muy dura, que sus ojos han contemplado”. Y “salen indemnes de cualquier prueba”, afirmó Colinas, cuya obra ha sido galardonada con el Premio Nacional de Poesía, el de la Crítica y el de Castilla y León de las Letras, entre otros.
Como Colinas los había definido como “grandes poetas”, Juan Gelman, que vive en México desde hace tiempo, aclaró que él no es “un gran poeta, sino un poeta mayor”. Acaba de cumplir 80 años y le consuela ese tango que dice que Veinte años no es nada, porque “ochenta son cuatro veces veinte años”.