Campo de Gibraltar

La lectura como otra forma de solidaridad

La delegación en Chiclana de la Asociación de Personas Lectoras hace un llamamiento al voluntariado ante el aumento de la demanda del servicio

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  • Lectura en Gerasa.
No solo con aportaciones económicas se puede ejercer la solidaridad con los ciudadanos más desfavorecidos, a veces el apoyo al espíritu y a la mente de estas personas puede llegar a ser más efectivo que el dinero a la hora de alcanzar un momento de sosiego. En esta línea se enmarca la actividad de la Asociación de Personas Lectoras que lleva el nombre de un verso de Garcilaso de la Vega, La Voz a Ti Debida.
La delegación en Chiclana de esta asociación gaditana cuenta en la actualidad con once lectores voluntarios, pero el aumento de la demanda de sus servicios y el objetivo del colectivo de llegar a cuantas más personas mejor llevan que sus miembros a realizar un llamamiento a toda la población para que se ofrezcan como voluntarios.
La asociación lleva cuatro años ejerciendo su trabajo en Chiclana, que consiste en leer en voz alta a personas con dificultades de acceso a la lectura, ya sea porque no saben leer o les cuesta mucho, o porque no pueden por cualquier tipo de impedimento físico o mental. Sus lugar de trabajo es el domicilio de los demandantes de lectura, centros sanitarios y de mayores, prisiones y en la misma calle a los sin techo.
“No somos cuentacuentos, ni hacemos teatro”, quiere dejar claro la coordinadora de la Asociación de Personas Lectoras en Chiclana, Carmen García. En el díptico propagandístico de la asociación se indica que “somos un grupo de personas que creemos en la lectura como un bien imprescindible y lo compartimos con otras personas (ancianos, reclusos, enfermos, etc.). Nuestra asociación es sin ánimo de lucro y leemos en voz alta para otras personas”.
Entre los objetivos del colectivo se encuentran fomentar una lectura de calidad entre niños, jóvenes y mayores, y la formación en la lectura “de acuerdo a nuestros criterios de calidad y sencillez”.
Una de las actividades de más éxito en el municipio es la lectura que todos los jueves, entre las seis y las ocho de la tarde, llevan a cabo en el centro de acogida para enfermos de SIDA, Gerasa. También destaca la lectura que se mantiene los miércoles de seis a siete de la tarde en la Residencia de Mayores Novo Sancti Petri.
Concretamente en Gerasa, comentan la coordinadora y los lectores Joaquín Gutiérrez y David Verdugo, “gustan mucho los poemas de Mario Benedetti, El principito de Antoine de Saint-Exupéry y Federico García Lorca, además de los cuentos tradicionales y Manolito Gafotas de Elvira Lindo”.
Los libros que se leen proceden de bibliotecas públicas y particulares o de los propios oyentes. Las lecturas suelen ser individuales, “aunque a veces leemos a dos voces, sobre todo cuando se trata de obras de teatro”, señala Verdugo.

La lectura vinculada

Los voluntarios de La Voz a Ti Debida utilizan una técnica que se denomina lectura vinculada, desarrollada por el promotor del proyecto que cuenta con una escuela de lectura en Madrid, Antonio Rodríguez Menéndez. La lectura vinculada intenta atraer la atención del oyente e inmiscuirlo en la propia lectura a través de la mirada, la respiración, los gestos y la actitud del lector para establecer un vínculo entre el lector y el oyente. “Se establecen de esta forma dos caminos, uno intelectual y otro emocional, además de ofrecer compañía a personas que muchas veces carecen de ella”, explica la coordinadora de la delegación chiclanera.
La base de la lectura vinculada es la mirada, “la mirada que respira y narra (o lee), que muestra más que dice. La mirada que hace que quien escucha exista de verdad frente a la persona que narra (o lee), que sabe dosificar sus palabras porque conoce el valor del silencio”, se subraya desde la asociación.
Con los niños esta técnica se dirige más a pausar el ritmo de lectura, “ya que ellos creen que leer bien es leer rápido”, apunta la coordinadora de la Asociación de Personas Lectoras, “por eso tratamos de leer pausadamente, de forma sosegada”.

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