El Boeing 737, un bimotor a reacción con fuselaje estrecho para vuelos de alcance corto a mediano que se lleva fabricando desde la década de 1960, con más de 11.500 aeronaves entregadas a las aerolíneas, es uno de los aviones de pasajeros con mayor número de unidades vendidas en la historia de la aviación .
Los 737 son considerados uno de los pilares de la aeronavegación comercial a nivel mundial y uno de los modelos de avión más utilizados en los vuelos nacionales de EE.UU., calculándose que, en condiciones normales, hay muchos de estos aviones volando, despegando o aterrizando, prácticamente en todo momento, en algún lugar de globo terráqueo.
Tras haber prestado su servicio en el aire durante décadas, surcando los cielos de Indonesia, un polifacético país asiático conformado por miles de islas con 275 millones de habitantes que hablan más de 300 lenguas, una de estas aeronaves ha comenzado a prestar sus servicios en tierra firme, ¡y no como parte de un museo aeronáutico sino de una manera más singular!.
Este 737 ha sido reconvertido en un espectacular alojamiento de lujo denominado Private Jet Villa (PJV) y ubicado en un lugar maravilloso a 150 metros sobre el nivel del mar.
El complejo PJV está en la cima del acantilado de la playa Nyang Nyang, en la isla indonesia de Bali, a unos 24 kilómetros de distancia de la ciudad de Denpasar, capital y principal núcleo balinés, situada en el sur de la isla.
Bali, también conocida como ‘la isla de los dioses’, es un paraíso tropical y uno de los principales destinos turísticos de este país insular, siendo mundialmente famosa por su rica y variada cultura, sus frondosas montañas volcánicas, sus plantaciones de arroz, sus fascinantes espectáculos de danza, sus templos religiosos, sus playas de arena blanca y arrecifes de coral.
Con sus aguas cristalinas de color azul, su inmaculada playa de arena y su atmósfera serena y relajante, Nyang Nyang está considerada como una de las mejores playas de Bali, caracterizándose por sus poderosas olas, su relativamente baja cantidad de visitantes y sus impresionantes puestas de sol.
La villa está ubicada concretamente en Uluwatu, región del extremo suroeste de la península balinesa de Bukit, donde encima de otro acantilado de 70 metros de altura, en una punta que se proyecta hacia el Océano Índico, se sitúa un famoso y bello templo dedicado a Sang Hyang Widhi Wasa, dios supremo del hinduismo indonesio, sobre todo en Bali.
La villa de lujo PJV (https://privatejetvilla.com/en), construida a partir del fuselaje del avión, abarca una superficie de 113,50 metros cuadrados e incluye distintos espacios de bienestar, abiertos y cerrados, dispuestos a su alrededor. Ha sido diseñada por el grupo Geometrium Studio (GS).
Un alojamiento para dejar volar la imaginación
Desde GS explican que este proyecto residencial consta de una cocina-sala de estar, dos dormitorios, una terraza situada sobre el ala del avión, así como una piscina, una zona de hogueras y una zona de recepción dentro de las instalaciones de la villa.
Destacan que se diseñó no solo para satisfacer las prestaciones propias de un alojamiento de lujo, sino también para ofrecer oportunidades recreativas únicas y un espacio intrínsecamente interesante e intrigante para explorar, buscando un ‘efecto Disneyland’, el de una atracción para adultos que produce emociones vívidas y momentos memorables en los huéspedes.
Hospedarse en esta villa es una experiencia atractiva porque “los huéspedes pueden sentirse como si fueran propietarios de un jet privado que ha aterrizado en la pintoresca costa del océano Índico” y “pueden llegar en helicóptero, aterrizando en el helipuerto privado del área de recepción”, según explican.
El ‘factor atracción’ también está presente en que “las puertas del avión se pueden abrir para acceder a una zona de relajación que parece estar situada sobre un acantilado” y en “la abundancia de fondos y ángulos interesantes y estéticamente atractivos para tomar fotografías y efectuar videos memorables, que después podrán compartirse en línea”, según añaden.
“El baño en la cabina del piloto con vistas diurnas al océano Índico y vistas nocturnas al cielo estrellado de Bali; la terraza en el ala del avión que proporciona una sensación de vuelo real en los cielos y la piscina en voladizo con una pared transparente que se extiende más allá del borde del acantilado” son escenarios ideales para generar “recuerdos visuales inolvidables”, señalan.
Avión a reacción transformado en hotel suntuoso
Señalan que lograr un equilibrio entre la estética y la funcionalidad dentro del fuselaje del avión, fue todo un reto de diseño, que obligó a elegir y desarrollar cuidadosamente cada elemento, desde los acabados hasta la ingeniería, para garantizar tanto su belleza como su uso práctico.
Para expandir visualmente el limitado espacio del avión, que es estrecho, alargado y confinado, se utilizaron tonos claros y lechosos en el interior, combinados con texturas de madera natural, hormigón, travertino y acentos dorados, así como espejos estratégicamente situados, según puntualizan.
En el diseño del baño, los muebles, los elementos interiores y el paisajismo, predominan las formas redondeadas y circulares, que evocan las redondeces del fuselaje del avión, según GS.
Varias estancias cuentan con insertos de vidrio en relieve, lo que permite que la luz natural penetre más profundamente en las habitaciones y conecte visualmente diferentes espacios, los cuales también se unifican visualmente al haberse utilizado la misma piedra natural en las encimeras y la isla de la cocina, en el podio del baño situado en el morro del avión y en los lavabos.
Como las superficies del avión son redondeadas en vez de planas, todos los muebles y elementos de acabado se fabricaron a medida; y dado que las características del fuselaje (un espacio limitado, con techos bajos hechos de metal), hacen que se caliente rápidamente, se utilizó un sistema de ventilación y climatización por conductos, que permanece oculto a la vista.
El equipamiento de ingeniería, incluido los sistemas de climatización, electricidad y suministro de agua, se alojó en el compartimento de carga; y se desarrolló un soporte especial para la piscina en voladizo, que permitió la distribución adecuada del peso de la propia piscina y del agua que contiene, según GS.
Para proteger la privacidad de la villa, que se alquila para estadías diarias a particulares y empresas y es propiedad del hotelero Felix Demin (https://felix-demin.com), se diseñó un sistema de vallado, en forma de tablero de ajedrez que la separa de la carretera y mantiene el avión oculto a la vista, manteniendo el espacio abierto y sin cerrarlo con vallas sólidas, concluyen.