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El Louvre se llena de locos y de bufones este otoño

Una muestra está dedicada a la representación de los locos desde la Edad Media al Romanticismo y otra, al enigmático 'Pierrot'

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Las exposiciones temporales del Louvre.

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Las exposiciones temporales del Louvre.

Las exposiciones temporales del Louvre.

Las exposiciones temporales del Louvre.

Las exposiciones temporales del Louvre.

La locura, la comedia y la enajenación toman este otoño las salas del Louvre en dos nuevas exposiciones temporales, una dedicada a la representación de los locos desde la Edad Media al Romanticismo y la muestra 'Revoir Watteau', que invita a redescubrir el enigmático 'Pierrot' de Antoine Watteau.

En la primera, bautizada 'Figures du fou' (“Figuras del loco”), el museo más visitado del mundo recopila más de 300 obras -desde esculturas y tapices a pinturas de el Bosco o grabados de Goya- que demuestran que los locos fueron omnipresentes en el arte del medievo tardío y el Renacimiento, posteriormente casi desaparecieron en la etapa de Las Luces y resurgieron con el romanticismo.

“Todos estamos locos”, bromeó en declaraciones a EFE la comisaria del proyecto, Élisabeth Antoine-König, sobre el motivo que dio pie a esta exposición.

Bromas aparte, las obras reunidas por el Louvre sugieren una percepción ambivalente de los locos, que abarca desde a los “insensatos” que no creían en Dios en la Edad Media a los personajes que pierden la cabeza por amor, ya sean héroes como Lancelot o monarcas como Juana I de Castilla ('la Loca').

Son todas ellas obras “que sorprenden, que permiten hacerse preguntas y, a menudo, también divertirse”, sintetizó Antoine-König.

La muestra también repasa otros tipos de locos, como los bufones de la corte, y el resurgimiento de la demencia en el arte a partir de finales del siglo XVIII -gracias por ejemplo a las reediciones ilustradas del 'Elogio de la locura' de Erasmo de Róterdam- y con las primeras olas del romanticismo.

“A pesar de Las Luces (de la Ilustración), vuelven las preguntas sobre la manera de pensar”, indicó la comisaria, y con ellas regresa el interés por lo que está en los márgenes del mundo y por lo extraño.

Es la época de 'El sueño de la razón produce monstruos' de Francisco de Goya, presente en esta muestra, y también de la invención de la psiquiatría, que en el siglo XIX redefinirá la locura como una patología.

“Pasamos a otra forma de locura y demencia. Aquí es donde realmente nos planteamos cuestiones sobre las enfermedades mentales y la idea de que los locos ya no sólo deben ser encerrados, sino que deben ser tratados y que podemos intentar curarlos”, detalló Antoine-König.

'Figures du fou', que se podrá visitar del 16 de octubre al 3 de febrero, tuvo además una embajadora de excepción en la cantante Lady Gaga, que pasó por el Louvre para grabar un pequeño vídeo promocional al coincidir la apertura de la muestra con la presencia en los cines de la película 'Joker: Folie à Deux'.

'Pierrot', uno de los grandes enigmas del Louvre

Separada pero no enteramente desvinculada de 'Figures du fou', en las mismas fechas el Louvre propone también redescubrir una obra considerada como una de las más enigmáticas de sus inmensos fondos: el 'Pierrot' de Antoine Watteau (1684-1721), también conocido como 'Gilles', tras dos años de restauraciones.

Este cuadro de gran formato -a diferencia de lo que era habitual en este maestro barroco francés, creador de las 'fêtes galantes' (escenas de cortejo en paisajes bucólicos)- presenta a un Pierrot erguido y central que, vestido con el traje blanco característico de ese personaje teatral de la Comedia Italiana, devuelve pasivamente la mirada al espectador.

“Es un poco paradójico porque un personaje cómico es normalmente alguien que hace muecas, que quiere divertir. Pero aquí, aparte de su actitud ligeramente torpe, no se hace nada. No hay nada que inicie un diálogo franco con el espectador, así que es muy curioso”, explicó a EFE el comisario de 'Revoir Watteau', Guillaume Faroult.

También es un enigma la historia del cuadro y su interpretación, aunque podría haberse tratado de una especie de rótulo para un café regentado por un antiguo actor especializado en ese personaje.

Del 'Pierrot', además, no se habló en absoluto hasta el siglo XVIII, agregó Faroult, a pesar de ser una auténtica “obra maestra” y de que Watteau sí era “muy famoso”.

Lo que sí se sabe es que Watteau era muy amante del teatro y que su interpretación del personaje traspasó los siglos, en paralelo a la reinterpretación del Pierrot con nuevos nombres y versiones, como la que encarnó el célebre mimo Jean-Gaspard Deburau (1796-1846), de apariencia andrógina y más soñadora.

Décadas más tarde también se seguirá leyendo la influencia de este Watteau en maestros como Picasso, ejemplificada en esta muestra con 'Paul en Pierrot'.

La exposición recupera sus huellas también en la fotografía, con imágenes de las actrices Sarah Bernhardt y Greta Garbo retratadas con el disfraz de Pierrot.

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