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Conil

La Cesta Benéfica de Conil Contra el Cáncer arrasa y bate todos los récords este año

Más de 14.000 participaciones vendidas, un pabellón abarrotado y una jornada cargada de momentos inolvidables marcaron la cita

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  • Imagen del evento.

El Pabellón Torre de Guzmán acogió el 24 de noviembre la tradicional Cesta Benéfica de la Asociación Conil Contra el Cáncer, una fiesta que cada año aglutina a más y más personas llegadas incluso de localidades vecinas para colaborar con la causa. “No viene solo gente de Conil, sino de Barbate, de Vejer o de Chiclana; de todos los alrededores acuden personas dispuestas a colaborar”, apunta la presidenta de la asociación Conil Contra el Cáncer, Paqui Ramírez. Se trata de una cita marcada en rojo en el calendario de la solidaridad conileña que llega cada vez con más fuerza y que ya se ha convertido en todo un acontecimiento con el que muchos dan la bienvenida a las fiestas navideñas. “La Cesta Benéfica es muy esperada. Desde un par de meses antes ya nos están preguntando por la fecha de celebración”, añade Ramírez.

Desde la entidad social están de enhorabuena. Después de los buenos registros logrados en la edición anterior, donde se vendieron más de 9.000 entradas y donde se batieron todos los récords, este año, se han superado con creces, con 15.000 participaciones repartidas y alrededor de 14.000 vendidas. “Este año hicimos unas 15.000 papeletas, de las cuales, muchas son regaladas a comercios y participantes que colaboran con nosotros, pero habremos vendido unas 14.000”, explica Ramírez. La fiesta superó con creces las cifras de ediciones anteriores, también con respecto a las donaciones, alimentos y bienes recogidos. “Pensábamos que con esto de la dana de Valencia iba a ser la cosa más corta, pero al contrario. Ha habido muchísima más participación que en otros años. Estaba el pabellón a rebosar”, añade.

En palabras de la presidenta, “el año pasado ya pensamos que habíamos batido todos los registros, pero llega este año y de nuevo volvemos a marcarnos una cifra récord. A la hora del sorteo, estábamos arriba, mirábamos a un lado y otro y parecía que estábamos en el cine moreno, todos como sardinas en lata. Mira que el pabellón es grande pero se veía entero lleno. Es increíble. Daba hasta miedo”. La asociación también colocó una barra a precios populares a la entrada del polideportivo, donde consumir bebida y comida, y donde la aportación de los asistentes también se notó y cuyo funcionamiento, según Paqui Ramírez, fue perfecto.

Respecto a las donaciones y participaciones de las empresas y negocios colaboradores, también se ha notado un aumento considerable. En palabras de Paqui, “todos los negocios colaboran. Al principio costaba más trabajo ir a pedir, pero hoy entras por la puerta de cualquier comercio y lo que te dicen es que ya te estaban esperando”. Desde la asociación destacan incluso la influencia de la Cesta Benéfica fuera de las fronteras municipales. “Tenemos donaciones de fuera de Conil, pero tampoco queremos meternos en el trabajo de otras asociaciones de pueblos vecinos. Tenemos negocios colabores como la Venta Pinto, de la Barca de Vejer; la Venta Rufino, en La Muela o la Venta Campano, ya en Chiclana. Tenemos esas tres colaboraciones muy destacables de fuera de Conil”, argumenta Ramírez.

El Sorteo

Pero lo más característico de la Cesta es el momento del sorteo, la hora en la que todo el mundo se aglutina alrededor del escenario para ver si la suerte les sonríe con alguno de esos premios. Este año, con tanto aumento de donaciones, el valor de los 28 sorteos (14 mesas y 14 regalos de consolación) se vio por consecuencia más alto. “Se sortearon los mismos premios que en años anteriores, 14 mesas y 14 premios de consolación arriba en el escenario, pero más abultados que en años anteriores. En otras ediciones, por cada uno de estos premios incluimos un par de regalos, pero este año teníamos por cada montón hasta 4 y 5 cosas”, apunta Ramírez. Desde un teléfono móvil al tradicional pavo, el valor económico de estos premios también ha ido creciendo. “Han sido premios muy buenos. Este año teníamos hasta un móvil, donado por un negocio de La Bodega. Regalos como estos no los puedes poner en una mesa porque subiría muchísimo su valor y tienen que tener un valor equitativo”, explica. El valor de cada mesa rondaba los 500 euros y algunas de ellas llegaban a superarlos.

Uno de los momentos más divertidos  llegó en el momento de sortear el mítico pavo, un regalo deseado y no tan deseado a partes iguales entre los asistentes. La persona agraciada se sorprendió cuando vio que el pavo estaba vivo y comenzó a decir que no sabía qué hacer con el pavo, expresando que le daba muchísima pena, arrancando las risas de todos los presentes. “El pavo y los dos pollos de Campito suelen ser las grandes anécdotas de cada edición”, señala Ramírez.

Actuaciones musicales

La gala contó también con las actuaciones musicales de la academia de baile de Carolina Leal, el coro de los mayores, el coro Soniquete, el grupo Entre Pinares y Mar y el de Cristina Zájara, de Triada. Desde la asociación destacan la buena organización en el cumplimiento de los tiempos, logrando tener al público entretenido y el escenario completamente preparado a la hora del sorteo.

Respecto a los fondos recaudados, una parte irá destinada a las víctimas de la dana en Valencia. Tal y como comenta la presidenta, se trata de ayuda que será entregada directamente a estas personas, para evitar intermediarios de por medio. En concreto, se trata de una manzana de adosados donde viven seis familias de vecinos, donde residen también personas mayores, en el pueblo valenciano de Alfafar. Este dinero se destinará a la construcción de un muro que fue derribado como consecuencia de la fuerza del agua, haciendo que, desde entonces, estas familias estén en condiciones de total vulnerabilidad. “Me puse en contacto con un chico de allí que perdió toda la planta baja de su casa por la riada. Él ha podido salir adelante con la ayuda de sus amigos y familiares, pero sus vecinos, que son estas personas de las que te hablo, no han podido. Son gente muy humilde. Estas familias dicen no tener esperanza en las ayudas que están por llegar y es una pena. No tienen luz aún. Cada vez tienen menos ayuda, pero este granito les va a llegar”, explica Ramírez.

Por último, Paqui Ramírez ha tenido palabras para sus voluntarias y colaboradores, “Tengo unas voluntarias que son buenísimas; un equipo muy grande convertido en familia. Todas estamos muy unidas. Sin las personas que estuvieron trabajando esto no habría sido posible. Se llevan más de un mes, desinteresadamente, dando vueltas con su coche por la asociación, visitando empresas colaboradoras. Luego, cuando llegas y ves las mesas colocadas tan bonitas te das cuenta del trabajo que hay detrás”, puntualiza. “También quiero agradecer a todos los comercios colaboradores y a todos los participantes que estuvieron allí acompañándonos durante toda la jornada. Tenemos que estar pidiendo muchos favores, porque esto es muy grande y todo el mundo va aportando con lo que puede, así que agradecer también a los medios de comunicación y al Ayuntamiento por la ayuda recibida”, concluye.

 

 

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