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Islandia, la isla de los trece papás Noel

Los Yule Lads, personajes divertidos y traviesos, cada uno con su personalidad, reparten alegría y magia, así como regalos acordes a la conducta de cada niño

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En Islandia, un estado insular que forma parte del grupo de los cinco países nórdicos y es la segunda isla más grande de Europa, después de Gran Bretaña, la Navidad presenta algunas peculiaridades que la convierten en una celebración especial y brillante, disipando la oscuridad de las largas noches de diciembre, y llenando de calidez el frío invernal.

En este país con un espectacular paisaje, la Navidad dura 26 días; las luces navideñas suelen estar acompañadas en diciembre por un bonito manto de nieve; la aurora boreal suele presentarse durante la época festiva; y el espectáculo de fuegos artificiales de Nochevieja en la capital Reikiavik dura varias horas, según explican desde Guide to Iceland, (https://guidetoiceland.is). 

En esta época del año, los glaciares, volcanes, géiseres, aguas termales y campos de lava islandeses se cubren de nieve; las calles de las ciudades se inundan de luces y decoraciones navideñas y las tradiciones festivas se celebran en toda la isla; creando un ambiente mágico y acogedor, señalan desde el Grupo Island Tours (GIT), turoperador especializado en este destino nórdico (https://islandtours.es). 

“En Nochebuena, tras la misa de medianoche, muchas familias se reúnen para cenar manjares, como el hangikjöt (carne de cordero ahumado), la lambasúpa (sopa de cordero), el jólagrautur (pudin de arroz) y el laufabrauð (pan frito decorado), con el ‘broche de oro’ del jólamalt, un pastel dulce de Navidad, que se sirve con un vaso de jólaöl, la cerveza navideña local”, explica David Fernández Lorca, director ejecutivo (CEO) de GIT.  

Trece hermanos traviesos y revoltosos

Pero uno de los atractivos más singulares de las navidades islandesas son sus “Yule Lads, 13 personajes divertidos y traviesos, cada uno con su personalidad, que reparten alegría y magia por todos los rincones del país y que, según las leyendas, son los hijos de los ‘trols’ Grýla (la madre), y Leppalúði (el padre)”, destaca.

Los Yule Lads (“muchachos de navidad”, en idioma islandés) visitan a los niños durante las 13 noches anteriores al día de Navidad, dejando regalos en sus zapatos. Si los pequeños se han portado bien durante ese año, reciben dulces; si se han portado mal, encontrarán en su calzado un trozo de patata podrida, añade.

Esta tradición navideña, que incluye decoraciones especiales, canciones y cuentos alusivos, transmite a los más pequeños de la familia, la importancia de tener una buena conducta, según Fernández Lorca.

Según el folclore islandés, los 13 hermanos Yule Lads; su madre Grýla; su marido, Leppalúði; y el gato de Yule, son miembros de una misma familia de ‘trols’ (seres antropomorfos, salvajes y temibles, que viven en la naturaleza), explican desde la página oficial de turismo Visit Iceland, VI, (www.visiticeland.com). 

Explican que Grýla es un trol temible, a menudo representado con garras largas, cola, pezuñas y una expresión amenazante, mientras que Leppalúði, el padre de los Yule Lads, es un torpe patán. La mascota de la familia es el gato de Yule, un animal grande y feroz con ojos brillantes que ronda las montañas la noche de Navidad.

Por lo general, estos ‘trols’ viven en las montañas, pero durante la temporada navideña, a veces visitan asentamientos humanos. Algunos son amigables, otros no lo son, advierten desde VI. 

‘Trols’ con imagen humanizada y benévola

Estos Papás ​​Noel (“jólasveinar”) islandeses, no son precisamente unos santos: son bromistas, cada uno con un ansia particular que suele reflejarse en sus respectivos nombres, como Lamecucharas; Golpeador de puertas; Devorador de ‘Skyr’ (producto lácteo islandés);  Mendigo de velas;  Gancho para carne o Mirón de ventanas, según esta misma fuente. 

En el pasado, estos ‘trols’ navideños eran vistos como bromistas traviesos que no eran particularmente queridos, pero en los últimos tiempos, su imagen ha sido rehabilitada y ahora se los ve como personas más alegres y amantes de la diversión, según VI.

Hoy día, su imagen es más benévola que en el pasado. “En vez de ser representados como temibles ‘trols’ con deformidades extremas, a menudo se ve a los Yule Lads vistiendo gruesos ropajes, gorros, guantes y bufandas, luciendo barbas esponjosas y unas amplias sonrisas”, aseguran desde  Guide to Iceland.

Su aspecto actual, en las presentaciones y espectáculos navideños, se asemeja a una mezcla de ‘trols’ de las montañas con Papas Nóel barbados y ataviados de una manera rústica.

Añaden que “es posible que los Yule Lads se hayan vuelto más amables con el paso de los años, pero su madre Gryla sigue siendo una ‘trol’ giganta y aterradora, que permanece como una de las figuras más malvadas del folclore islandés, al igual que su enorme gato negro, llamado Yule o Gato de Navidad”.

Del 12 de diciembre al 6 de enero

Ahora, muchos niños islandeses dejan sus zapatos junto a la ventana con la esperanza de que los Yule Lads les dejen un pequeño regalo. En las trece noches previas a la Navidad, estos personajes llegan uno a uno desde las montañas con obsequios y golosinas para los niños que han tenido una buena conducta, y una bolsa de patatas para aquellos que se portan mal, señalan.

En diciembre, los Yule Lads tienen su base en Dimmuborgir en la zona del lago Mývatn, en el norte de Islandia, una zona de antiquísimos campos de lava y rocas volcánicas, con un paisaje de otro mundo, según VI.
Visitarlos en Dimmuborgir, de diciembre a enero, y presenciar el divertido espectáculo que allí ofrecen a los visitantes (https://en.jolasveinarniridimmuborgum.com) es una experiencia inolvidable para “niños de todas las edades”, informan desde Visitmyvatn (www.visitmyvatn.is).

El primer Yule Lad, conocido como Sheep-Cote Clod, llega 13 noches antes de Navidad, el 12 de diciembre, mientras que el último, Candle-Beggar, el 24 de diciembre, el día en que los islandeses celebran la Navidad. 

Cada personaje permanece entre los humanos durante 13 días, por lo que el primero se va el 25 de diciembre y el último, que tiene el nombre de "Þrettándinn" (El Decimotercero) y se celebra con hogueras y fuegos artificiales y en algunos pueblos con un desfile de elfos y ‘trols’, se va el 6 de enero, marcando el final de la temporada navideña en Islandia, según Visit Iceland.

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