La mejor Roteña está de vuelta. Una nueva victoria, esta vez, en el Manuel Bernal ante un rival siempre complicado como es el Guadiaro por 3-0, ha demostrado el momento sensacional de forma en el que se encuentra el equipo comandado por un Jesús Cruz Pecci que todavía no conoce la derrota como técnico de los rojillos. Ya son cuatro partidos consecutivos sin encajar goles y cinco sin perder. Ante el cuadro de San Roque, la Roteña cerró su portería con llave mostrando una gran solidez defensiva. El ataque, por otro lado, estuvo a la misma altura. Raúl Vidal, escoltado por Dani Güiza desde la zona de la media punta, terminaron descosiendo la retaguardia visitante a través de acciones combinativas que demostraron la buena sintonía entre ambos. Los dos, tanto el chipionero como el jerezano, estuvieron inspirados. A gusto. En su salsa. Y eso se notó sobre el campo, influyendo de forma directa sobre el juego del colectivo. De hecho, tras un primer tramo de encuentro en el que el Guadiaro mordió arriba a la espalda de Dani Freire buscando continuamente las carreras de Cipri al espacio sin demasiado resultado, la balanza se comenzó a decantar del lado de una Roteña cada vez más cómoda en el encuentro. Ellos, pese a que Alberto Linares rindió de manera formidable recorriendo la banda derecha como un pulmón inagotable, brillaron como los que más.
Dani Güiza fue, precisamente, quien rememoró sus días dorados destilando dosis generosas de magia, mediante envíos al hueco que destrozaron a la defensa. Los centrales, Juanma y Coronil, no fueron capaces de detectarlos. Mucho menos de interceptarlos. El que si los interpretó a las mil maravillas fue Raúl Vidal. Su socio de lujo en el partido. Fue el punta chipionero el que inició una carrera al espacio para plantarse completamente solo ante Víctor y abrir la lata con un buen remate por bajo. Nada pudo hacer el portero visitante para evitar el gol que la Roteña había buscado con perseverancia. La más clara que había tenido hasta ese momento, un remate de Dani Güiza desde la frontal que se había marchado rozando la cepa del poste izquierdo en el minuto 10 de partido.
Antes del descanso, la Roteña pudo poner distancia de por medio en el marcador. Pablo del Castillo, que ocupó la posición de extremo ante la ausencia del sancionado Javi Zafra, sorprendió ofreciendo un rendimiento excelente desde su nueva demarcación. Le salió bien el experimento a Cruz Pecci, por tanto. Un acierto refrendado por el gol que marcó en el minuto 42. Un zambombazo por la escuadra derecha ante el que nada pudo hacer Víctor. Con una cómoda superioridad en el electrónico se marchó la Roteña a los vestuarios, antes de afrontar el comienzo de la segunda mitad.
El colchón del que dispuso el equipo rojillo era amplio, pero no lo suficientemente cómodo. Un gol del Guadiaro podía meterle de lleno en el encuentro, por lo que debían buscar el tercero para sentenciar cuanto antes. El tercero estuvo cerca en más de una ocasión. Víctor tuvo que intervenir de para tapar con una parada sensacional el que hubiera sido el segundo de Raúl Vidal, aunque no pudo terminar evitando lo que parecía encaminarse a un destino irrevocable. Güiza, demasiado libre de marca, se inventó de nuevo una genialidad para encontrar de nuevo a su otra mitad en la frontal. Vidal volvió a encarar al meta con todo a placer en la que pareció una jugada calcada a la del primer gol.
Con el partido más que resuelto, el Guadiaro se volcó en ataque sin complejos. Keke fue protagonista de diferentes arrancadas desde la banda izquierda que siempre acabaron en centros sin trascendencia. Pasados de rosca o en las manos de un Jairo Ruiz que, al final, tuvo que intervenir para taponar un lanzamiento a quemarropa y, así, dejar su portería a cero.
Al final, victoria de la Roteña que la próxima semana se desplazará hasta la localidad vecina de Chipiona con la firme intención de estirar su buena racha y situarse, aún más arriba, en la zona de play-off.
