En la pedanía de Vime de Sanabria, en la provincia de Zamora, se alza un enorme castaño de seis metros de contorno que ha desafiado el paso del tiempo durante más de cinco siglos.
Sin embargo, su avanzada edad y el deterioro que sufre han llevado al Ayuntamiento de Palacios de Sanabria a intervenir para tratar de prolongar su existencia, una actuación que desatado una gran polémica.
Las acciones municipales, descritas desde el propio Consistorio, han consistido en añadir tierra vegetal para fortalecer sus raíces y construir un murete de protección. Su ubicación, en la confluencia de dos calles y junto a la iglesia del pueblo, lo expone al riesgo de ser golpeado por camiones y otros vehículos pesados.
A pesar de estos esfuerzos, el alcalde, José Benedicto Ledesma ha reconocido que el árbol está “prácticamente seco” y solo conserva algunas ramas vivas en uno de sus laterales.
Por su parte, Ecologistas Zamora ha criticado duramente el uso de maquinaria pesada, como una retroexcavadora, al considerar que podría haber causado daños irreparables.
Según su presidente, Julio Fernández, el empleo de este tipo de herramientas compacta el suelo, destruye raíces y dificulta la absorción de agua, factores que podrían acelerar la decadencia del castaño en lugar de salvarlo.
Mientras el Ayuntamiento defiende su labor y reprocha a los ecologistas la falta de acciones previas, éstos aseguran que no es la primera vez que se aplican medidas perjudiciales al árbol.
Señalan que en años anteriores ya se habrían realizado intervenciones inadecuadas, como el sellado de cicatrices con materiales sintéticos y siliconas, lo que según los ambientalistas ha contribuido a su debilitamiento.
El destino del castaño de Vime de Sanabria sigue siendo incierto y dependerá de la efectividad de las medidas tomadas y de la posibilidad de encontrar una solución que concilie la conservación con el respeto por su delicado estado.