San Fernando ha alcanzado en el mes de julio recién terminado una ocupación hotelera del 59,34 por ciento, según los datos distribuidos por la patronal de Hostelería y Restauración de la provincia de Cádiz (Horeca), lo que equivale a 14 puntos menos que en el mismo mes de 2011, cuando el resultado real de ocupación fue del 73,49 por ciento.
Se trata además de una ocupación que se aleja en más de 30 puntos de la media provincia, establecida en este mes de julio pasado en el 81,34 por ciento, gracias sobre todo a los porcentaje aportados por Chiclana, con el 92,13 por ciento de ocupación; Conil, con el 91,66 por ciento y Rota y Cádiz, ambas sobrepasando el 89 por ciento.
Si algo puede agravar la comparativa en detrimento de San Fernando, hay que señalar que la ciudad sólo cuenta con unas 330 camas dadas de alta en la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía, muy alejadas de las más de 5.000 que tiene Chiclana o de las más de mil de la capital. Esto es, que el 59,34 por ciento de la ocupación en La Isla suponen apenas media docena de puntos en comparación con los grandes motores del turismo de la provincia.
Las previsiones de Horeca para el mes de agosto no son más optimistas para la primera quincena del mes de agosto, cifrándolas en un 68,56 por ciento, 22 puntos por debajo de la ocupación real de agosto de 2011. En cuanto a la segunda quincena, las previsiones son aún peores, con un 53,87 por ciento, 23 puntos porcentuales menos que la ocupación real de la ciudad en el mismo periodo del año pasado. La ocupación real en el mes de agosto del año pasado fue del 83,82 por ciento de las más de 300 plazas hoteleras con que cuenta la ciudad.
Hay que recordar que San Fernando llegó a contar con unas 2.000 plazas hoteleras antes de que la firma Barceló abandonara la gestión de los apartamentos de Bahía Sur. A partir de ese momento, la atomización del complejo lo ha dejado mermado hasta el punto de que no es posible saber la oferta de la ciudad de forma ni siquiera aproximada debido al complejo sistema de gestión. Sin olvidar que muchas unidades de alojamiento están dadas de baja al no cumplir los requisitos mínimos a pesar de que el complejo –a excepción del hotel- ha sido reclasificado dejándole en la mínima categoría.
