El Puerto

La camiseta del olvido

La media puntada

Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai

El martes pasado se jugaba un amistoso en el José del Cuvillo contra el club sanluqueño de Algaida, íbamos con cierta ilusión por las buenas maneras que el Racing demostró en Jerez, pero la sorpresa fue mayúscula al ver como nuestros muchachos salían al césped con una camiseta que no era la del Portuense.

Al subir las escaleras hacia tribuna vi a mi derecha 11 hombres vestidos perfectamente con camiseta blanca y calzón rojo. Pensé que era mi equipo y jugaba de esos colores, pero no, ése equipo al que pasé revista era el Algaida. Al echar la vista a la zurda, aparecieron 11 hombres también, pero con camiseta roja de playa, sin numeración.

Veía a Manolo Pérez y era más Manolo Pérez y más común su nombre que nunca. Vamos, que si Natera quería pasar mas desapercibido de lo que estuvo los 90 minutos, lo consiguió.

Fue una pena ver como más de 200 espectadores en un amistoso se quedan planchados al ver que sus jugadores saltan a la cancha, pero la camiseta, la camiseta del olvido, queda en el vestuario.

¿Se imaginan al cura sin monaguillo, a Morante sin zapatillas, o al pescador sin caña?, pues no, además la liturgia hay que respetarla, se venden entradas, pagamos gustosos, tenemos nuestras alineaciones oficiales, parece que el partido es amistoso, pero va en serio, pero no, la jodemos.

Desde aquí, brindo por la modestia del Algaida que salió a la plaza perfectamente uniformado, hasta en lo más modesto nos dieron un ejemplo. Pobres, humildes, pero formales, es un club de un barrio de Sanlúcar, pero vinieron a El Puerto con ilusión lucharon, aguantaron y perdieron.

Esto es un aviso a navegantes, si tenemos a la Wolsvagen de patrocinador y jugamos en casa sin la casaca y su eslogan , ¿qué respeto le tenemos a los que confían en el Racing?, y ¿qué fiabilidad podemos tener a la hora de negociar cualquier operación?.

Y le mando un saludo a Diego Patrón que seguro no le gustó como dejaron la camiseta del Portuense en el olvido, con su lacónico “no lo sé”, me contestó.

La próxima vez salimos de blanco, rojo o de tabaco y oro, pero que el escudo brille en el pecho, coño.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN