Chiclana

Tras la tempestad... sigue la fuerte marejada en el PSOE de Chiclana

Los dos hombres fuertes de Chiclana trabajan mirándose de reojo mientras la división interna merma la confianza de los ciudadanos.

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José María Román le ha vuelto a ganar la partida a su supuesto compañero en las filas renovadoras, Manuel Jiménez Barrios, esta vez en el bando contrario empujado por razones criticadas por la nueva secretaria local, Cándida Verdier.

Pero después de la tempestad en que se ha convertido cada congreso de cualquier tipo de los socialistas, divididos casi a partes iguales entre renovadores y oficialistas, no llega la calma.
Antes bien, lo único que ocurre es que la división interna traslada el campo de batalla a la Ejecutiva Provincial, donde tanto un bando como otro tienen representación en función de los resultados obtenidos en los congresos locales.

Habida cuenta de que los renovadores terminaron ganando el congreso provincial, los oficialistas -o pizarristas, o cabañistas...- han centrado toda su estrategia en los congresos locales, de ahí que las listas únicas hayan desparecido de la faz de la tierra política del PSOE.

Son precisamente esos representantes de uno u otro bando en la Ejecutiva Provincial los que están llamados a servir los intereses de su determinada facción, al menos mientras pertenezcan a ella, por cuanto también han sido sonadas las escapadas de unos al bando contrario y el intercambio de cromos en función de los intereses políticos e incluso personales de cada cual.

Esas circunstancias -más que los congresos en sí- son las que presentan a un Partido Socialista tan fuertemente dividido que la victoria de la alcaldesa de Sanlúcar, Irene García, puede terminar pareciéndole un caramelo envenenado, sobre todo por la incertidumbre de no saber si realmente se puede fiar de sus propios compañeros. Y sin olvidar que las distancias entre unos y otros son tan cortas que todo hace presagiar que cada decisión se convierta en una pelea de gallos.

En el caso de Chiclana, los enfrentamientos entre José María Román, portavoz del principal partido de la oposición, y Manuel Jiménez Barrios, arrojan un plus de incertidumbre a la capacidad del partido para centrarse en los problemas de la ciudad. Sobre todo cuando el grupo municipal tiene en frente a la mitad menos uno de toda la Casa del Pueblo. Lo que se traduce en los dos hombres fuertes de Chiclana mirándose de reojo.

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