Ante su gente y en el Teatro Central, Pájaro con su Santa Leone se mostraba ante Sevilla el pasado jueves.
En septiembre de 2011, dentro del festival Monkey Week, veía la luz un trabajo hecho desde el corazón y que la discográfica Happy Place supo encauzar en una grabación que se desarrollaría durante muchos meses. Lo que llevaba dentro, su esencia, por fin se convertía en algo tangible y el disco empezaba a cautivar a los críticos más importantes de España y a un público que desde la primera audición se rendía a sus pies.
Una gira por toda la piel de toro, actuaciones en Nocturama, Casino de la Exposición, diferentes festivales y una segunda cita en Monkey Week daban paso a su absoluta consagración en Sevilla.
Era la hora de sentarse y dejar que la magnánima personalidad de esta banda, a la que colaboran cada uno de sus componentes con su propio estilo, se manifestase con un sonido realmente espectacular y en un marco de los que imponen. Se alzó el telón mientras sonaban los primeros acordes de una muy acertada introducción que dio paso a Ione, toda una innovación musical, que consiguió crear la atmosfera que Pájaro siempre soñó en un concierto. La suerte estaba echada y el público empezaba a sentir que presenciaría algo realmente grande.
Tlp, Luces Rojas y Esperanza dieron paso una versión de La Danza del Fuego, del maestro Falla, que es toda una joya, para preparar el momento que resulto más emotivo de la noche.
El de Alcosa se dirigió al respetable diciendo: “Ahora me voy a poner serio, bueno un poco serio” y dedicó Las Criaturas a su recién fallecida madre. Los acordes y la voz emocionada de Pájaro calaron hondo en todos los presentes y al terminar la canción se pudo oír desde el patio de butacas “Viva El Pájaro, Viva Silvio y Viva San Juan de la Cruz.”
Tres pasos, Perche y Dogo’s Walk terminaron de preparar los oídos y los corazones para otro momento estelar de la velada. Ese momento en el que desde el escenario suena el nombre de Kini Triana y Pájaro lo presenta diciendo: “Siempre me gustó como toca este niño” y la magia volvió a presentarse ante un público que a esas alturas del concierto ya estaba lo suficientemente metido en faena como para sentir lo especial que resulta la mezcla de las guitarras eléctricas con “nuestra corneta sacramental”. Palo Santo, magistralmente interpretado, y Santa Leone, tema que da nombre al disco, sonaron para deleite de todos los presentes. Y la consagración de este artista y este trabajo se sintieron con fuerza.
El concierto llegaba a su fin pero aún quedaban momentos para el recuerdo. Entre los bises se pudo escuchar el mítico Rezaré de Silvio entre gritos de aceptación y peticiones de que este espectáculo no terminara. Dos sesiones de bises, en un ambiente a todas luces especial, pusieron el punto y final a la apoteosis en su tierra.
Ahora sólo queda el gran reto de la continuidad, una vez demostrada la calidad y buen gusto musical, el siguiente paso debe ser la creación de un segundo trabajo discográfico que mantenga el nivel de su predecesor. Hay más canciones dentro de la cabeza de este Pájaro, que verán la luz a su debido tiempo.
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