Arcos

La ‘procesión magna’ de Antonio Saborido

El artista arcense expone estos días en el palacio del Mayorazgo su amplia colección de pasos de Semana Santa en miniatura

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  • Exposición de pasos -

La cursilería y la frase hecha dice que “los mejores perfumes se guardan en frascos pequeños”. Por una vez, dejémoslo ahí.


El sueño de casi todo cofrade arcense de ver juntos los pasos de su Semana Santa se hace en cierto modo realidad con la particular procesión magna ideada por el artista Antonio Saborido.
Sobradamente conocido y hombre mutidisciplinar, pues lo mismo pinta un cuadro que aprovecha un trozo de papel para escribir un poema sobre la marcha, ahora nos muestra su particular manera de entender la Semana Mayor.


Uno de los varios salones de exposiciones del solariego palacio del Mayorazgo muestra la colección de pasos en miniatura cuyo autor ha tomado nota de los detalles esenciales de las procesiones, incluso evocando imágenes perdidas, como la del Señor de las Tres Caídas compartiendo aún paso con María Santísima de la Amargura.


Antonio Saborido, que se ha confesado en más de una ocasión “artista autodidacta”, ha partido de una serie de sospechosas figuritas baratas que ha transformado en cristos y vírgenes o en penitentes, que ha montado sobre unas pequeñas peanas que recrean los pasos de las hermandades de Arcos, donde no faltan candelerías y exornos florales. El Prendimiento, un bien conseguido Dulce Nombre, la imponente estampa de Nuestra Señora de la Quinta Angustia con el Cristo de las Penas en sus brazos, el Señor Atado a la Columna… Además, por no faltar de nada hasta suena música cofrade que sale de un curioso reproductor de CD.


Otra de las cosas buenas de la exposición es que ni la dichosa lluvia de estos inestables días mojará esta Semana Santa, porque ya se está celebrando en el interior del Mayorazgo ante la mirada atónita de vecinos y visitantes.


Con todo el respeto y cariño del mundo hacia Antonio Saborido -él ya lo sabe-, su exposición es un claro homenaje a la Semana Santa que tanto siente y a la que ha echado de menos en sus tiempos en Alicante, pero también un acto de ingenuidad que cabalga entre los pasitos que sacan a la calle los niños chicos de Arcos y la restauración del Ecce Homo de Cecilia Giménez. Con todo, por si llueve en la calle, más les vale refugiarse unos minutos en el palacio y conformarse con una semana santa en miniatura.

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