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Sevilla

Quejío turístico

El turismo bate récord tras récord en Sevilla pero los hoteles sólo han creado seis empleos en el último año

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A falta de 20 días para que concluya oficialmente la estación estival, en Sevilla ya puede hablarse de un verano turístico de récord, como prolongación de un año en que se vienen batiendo la mayoría, si no todos, de los registros establecidos.

La celebración en nuestra ciudad de quince partidos del Campeonato Mundial de Baloncesto, más el congreso en Fibes de la Federación Internacional de este deporte (aquí se ha notado la mano de José Luis Sáez, presidente de la Federación Española y sevillano adoptivo), contribuyen a que la ocupación en los hoteles ronde entre el 75% y el 82% en el tránsito de agosto a los primeros días de septiembre.

Si se repasa la hemeroteca, las crónicas periodísticas han reflejado que durante el ‘puente’ de la Virgen de los Reyes la ocupación media de los hoteles sevillanos fue cercana al 80%, un porcentaje superior en 15 puntos al registrado hasta entonces a lo largo del verano y cifrado en torno al 65%, un dato insólito, por lo elevado, para la época estival e incluso para la media del conjunto del año. Los propios hoteleros han destacado un aumento del número de turistas extranjeros, principalmente de portugueses y franceses, seguidos de italianos, ingleses y alemanes.

El ‘puente’ de agosto siguió al calificado como mejor mes de julio de la historia local en número de turistas y pernoctaciones hoteleras, un calificativo que previamente se había otorgado a los meses de junio y mayo. Según los datos de la Encuesta de Ocupación Hotelera difundidos entonces por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los 156.128 turistas (85.965, extranjeros; 70.163, nacionales) alojados en hoteles sevillanos en julio supusieron un incremento interanual del 7,69%. Estos turistas realizaron 298.117 pernoctaciones, lo que supuso un incremento del 9,51% respecto de julio de 2013.

El INE ofreció además un balance general del año 2014 para el periodo enero-julio, según el cual en esos siete meses se han alojado en los hoteles sevillanos 1.182.000 viajeros que han realizado 2.276.000 pernoctaciones, cifras que han supuesto aumentos del 7,40% y del 7,69%, respectivamente. Y, atención a este significativo dato: pese a todos estos records en turistas y pernoctaciones, la plantilla del conjunto de los hoteles sevillanos apenas se ha incrementado en un 0,18% y es ahora de 2.826 empleados, siempre según el INE. Se colige que en el último año el sector ha creado tan sólo seis empleos. Por tanto, con la misma plantilla se está atendiendo a un 7% más de clientes.

Indicadores positivos
Todos los indicadores turísticos han ido en esta línea. El delegado municipal de Turismo, Gregorio Serrano, subrayaba que el número de viajeros por el aeropuerto de San Pablo creció en un 10,66%; el de pasajeros del AVE por Santa Justa, en un 0,91%, y el de visitas al Alcázar, en un 8,63%.
Podríamos seguir dando datos y más datos como, por ejemplo, el de que nuestro aeropuerto, que llegó a ser el primero de Europa en número de pasajeros perdidos, ha remontado el vuelo con alzas consecutivas mes tras mes desde abril y superó en julio los 2,2 millones de usuarios acumulados a lo largo del año, primer balance positivo en el mismo periodo durante el último trienio.

Item más, después de que haya sido la provincia de Sevilla, con un aumento del 10,5%, la que haya liderado las estancias hoteleras en el conjunto de Andalucía hasta julio, el consejero del ramo, Rafael Rodríguez, ha augurado que también se producirá un nuevo récord de pernoctaciones en los meses de agosto y de septiembre.

Por todo ello, resulta aún más sorprendente que la patronal hotelera sevillana, que preside Manuel Otero, presentara al final del mes de julio un informe en el que no sólo mostraba una supuesta situación de crisis sectorial en pleno proceso de recuperación económica, sino que también contradecía el discurso de Zoido, y sus dirigentes concluían en sus declaraciones exigiendo, una vez más, que la ciudad se ponga a su servicio.

Según la Asociación de Hoteles (en puridad debería llamarse de hoteleros) de Sevilla y Provincia, la rentabilidad de los hoteles prototípicos sevillanos ha caído en un 50% durante los años de la crisis económica, pese a lo cual no explica cómo en paralelo no sólo no cae el número de plazas hoteleras ni se cierran hoteles como en la post Expo-92, hechos que parecerían lógicos ante tal brutal descenso del negocio, sino que se mantienen o incluso se incrementan.

Los hoteleros afirman que si bien puede haber más turistas, pernoctan menos en los hoteles (las estadísticas oficiales del año en curso lo desmienten) ya que su ocupación media ha pasado del 65% al 59% y gastan menos dinero que antes (afirman que su facturación ha caído en un 33%), al tiempo que sus gastos de producción se han disparado. Estos mensajes fueron lanzados tan sólo 24 horas después del último Pleno municipal del mes de julio y contradicen el discurso del alcalde sobre la bajada de la presión fiscal durante su mandato y el anuncio de una nueva bajada de impuestos para el próximo año.

Al contrario que Zoido, la patronal hotelera sostiene en su informe, sin discriminar entre el periodo de PSOE-IU en el Ayuntamiento y el del PP, que desde 2008 el agua (Emasesa) ha subido en Sevilla un 25%; el IBI, un 20%, y la tasa de basuras, un 9%, factores todos imputables al Ayuntamiento. Entre los no imputables, como la subida de la luz, el gas, el IVA… la patronal hotelera destaca nada menos que ¡un 11% de subida salarial!, un dato escasamente verosímil, como si los hoteleros se hubieran dedicado durante los años de crisis a subirle el sueldo a sus empleados a un promedio del 1,83% anual cuando los salarios se congelaban en otros sectores.

Este es el informe de crisis dentro de la crisis que ha esgrimido el presidente de la patronal hotelera para tratar de justificar por qué los records turísticos de Sevilla no se traducen en más puestos de trabajo en su sector: “En estos años -ha declarado Manuel Otero- nos hemos ido apretando las tuercas. No se puede crear empleo por estos motivos”.

Y, como siempre, el sector más quejumbroso de nuestra economía, que incluso se quejaba durante las vacas gordas de la Expo, pide que para que los turistas pasen más tiempo en Sevilla y aumente la rentabilidad de sus hoteles se creen y promocionen nuevos productos en línea con el museo de la cerámica (22 millones de euros de coste), tales como un museo de las cofradías y un gran proyecto en el anfiteatro de Itálica. Bien, ¿y de dónde saldría el dinero? ¿Por qué hay que crear nuevos productos con dinero público pensando sólo en los hoteleros y no también, por ejemplo, en el sector industrial, mucho más castigado por la crisis y la destrucción de empleo?

Nunca dan un paso al frente para contribuir a crear o captar esos nuevos productos que, como en el caso de la noria y el acuario de Delicias y Aquamágica protagonizan inversores foráneos; o en el de la Copa Davis, el Mundial de Baloncesto y otros eventos, que  afronta el Ayuntamiento en solitario. Aún esperamos que el sector turístico (hoteleros + hosteleros) cumpla aquel aserto de Pedro Sánchez Cuerda de que estaba dispuesto a financiar no una, sino tres Copas Davis más con tal de llenar la ciudad de turistas. Meras palabras que no se traducen en hechos.

Al contrario que Kennedy, el sector turístico local nunca se plantea qué puede hacer él por Sevilla, sino que siempre plantea qué va a hacer Sevilla por él

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