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Sevilla

El Consistorio baraja cerrar antes los bares de la Alfalfa

Espadas aboga por revisar las licencias y comprobar que cumplen con los horarios e insonorización

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  • Espadas con los vecinos -

El Ayuntamiento de Sevilla está barajando la posibilidad de replantear el horario de cierre de los bares en el entorno de la Alfalfa, que es una zona acústicamente saturada (ZAS), un asunto que continuará con la negociación abierta con el objetivo de “alcanzar un acuerdo de máximo consenso que busque el equilibrio entre el ocio, el negocio y el derecho al descanso de los vecinos”.
En este sentido, este martes a primera hora de la mañana se ha llevado a cabo una reunión de coordinación presidida por el delegado de Seguridad y Movilidad, Juan Bueno, junto al responsable de Urbanismo y Medio Ambiente, Maximiliano Vílchez, y una representación de la Policía Local, Lipasam y distintos operativos que actúan en estas circunstancias. Tras ésta, se ha mantenido otra con los empresarios hosteleros y de bares de ocio y ha finalizado la jornada con un encuentro con los vecinos del entorno.
“En ningún momento este gobierno ha mirado para otro lado, pero está claro que todo lo que se ha hecho no es suficiente y que, como ya dijo el alcalde, es nuestra obligación doblar esfuerzos para hacer prevalecer el derecho al descanso de los vecinos”, subraya Bueno a Europa Press, tras recordar que la Policía tiene establecida la Alfalfa y Pérez Galdós como “punto fijo en la ruta del dispositivo antibotellón que actúa jueves, viernes y sábado por toda la ciudad”. A esto se suma la atención “en la medida de lo posible” de los requerimientos.

El número de servicios realizado por la Policía Local en la Alfalfa ha aumentado en el último año, según matiza, hasta alcanzar en 2014 hasta la fecha unas 600 actuaciones, 20 más que en el mismo periodo de 2013 (960 en total), lo que supone una media de más de seis actuaciones cada fin de semana.

En estas intervenciones se controla el horario de cierre de los bares, se insta a los jóvenes a abandonar la zona y, en caso de que persistan bebiendo en la vía pública, se interponen denuncias por la Ley Antibotellón, alcanzándose el centenar de jóvenes denunciados en esta zona.

Paralelamente, la Línea Verde ha realizado este año más de 150 inspecciones en establecimientos de la zona para controlar que se ciñen a su licencia y que cumplen la normativa vigente, dejando claro que “en calles como Pérez Galdós no es el botellón el problema, sino la aglomeración de jóvenes entorno a la gran concentración de establecimientos que hay”.

En este marco, se han interpuesto 29 denuncias por venta de alcohol para consumo en el exterior, once denuncias por incumplimiento de horario de cierre y 12 precintos, la mayoría por venta de alcohol para consumo en el exterior.

El servicio antibotellón de la Policía Local ha efectuado 16.200 denuncias desde el principio del mandato, además de dar respuesta cuando se tiene constancia de estas concentraciones a través de denuncias vecinales, llamadas a 112 o incluso por las redes sociales. Realizan un trabajo disuasorio, pero si los jóvenes continúan con el botellón se les retira las bebidas y se les denuncia, con sanciones de entre 150 y 300 euros.

“En los últimos años el efecto de este trabajo policial ha logrado que los jóvenes se vayan concienciando y la mayor parte de las concentraciones, que son mucho más reducidas en que años anteriores, quedan disueltas sólo con la presencia de los agentes, no se hace necesaria la sanción”, añade, tras mencionar que el “gran logro” ha sido la “erradicación” de los macrobotellones.

Revisar las licencias
Por su parte, el portavoz municipal del PSOE, Juan Espadas, ha anunciado que elevará al pleno una moción sobre este conflicto, especialmente en la calle Pérez Galdós, con cuyos vecinos se ha reunido. Éstos han creado una cuenta en las redes sociales, Alfalfa Degradada, para denunciar públicamente las molestias que sufren difundiendo imágenes, vídeos y comentarios.

“Los echan de los bares y vienen a la puerta de nuestros pisos”, se quejaba un anciano, mientras otro vecino de unos 30 años avisa de que hay “dos tipos de público”, quienes acuden a los bares a partir de las 23 o las 24 horas y quienes llegan “a las cinco de la mañana y se quedan hasta las ocho o hasta más tarde”.

Espadas ha lamentado que el Ayuntamiento haya asistido prácticamente “parado” al crecimiento del conflicto, porque “sólo tras la denuncia de los vecinos y de los medios de comunicación hay una mayor vigilancia policial”.

Ha abogado por revisar la situación de la zona, revisando ´las licencias, que se han incrementado, “y ver si cumplen sus requisitos en materia de horarios e insonorización, porque los vecinos dicen que no se cumplen en muchos casos”.

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