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Punta Umbría

Nacionalistas vascos espiaron para la CIA hasta los años sesenta

La CIA tuvo a nacionalistas vascos como informantes hasta finales de los años sesenta, según el profesor de la Universidad Complutense Rafael Moreno Izquierdo, que ha escrito una historia sobre el servicio de espionaje del Gobierno vasco desde la Guerra Civil hasta el comienzo de la Guerra Fría.

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La CIA tuvo a nacionalistas vascos como informantes hasta finales de los años sesenta, según el profesor de la Universidad Complutense Rafael Moreno Izquierdo, que ha escrito una historia sobre el servicio de espionaje del Gobierno vasco desde la Guerra Civil hasta el comienzo de la Guerra Fría. 

“Sin embargo, todo esto apunta a agentes aislados y no mediante un acuerdo como defendió el lehendakari Jose Antonio Aguirre durante esos años”, dijo ayer Rafael Moreno Izquierdo en una entrevista con Efe. 

El autor del libro Al servicio del extranjero. Historia del Servicio Vasco de Información (1936-43) (Visor Distribuciones), primera parte de su estudio y escrito junto al historiador Juan Carlos Jiménez de Aberásturi, señaló a Jesús Galíndez, un nacionalista vasco que fue asesinado en 1956 en extrañas circunstancias en Nueva York, como ejemplo de esta colaboración. 

“También tenemos datos de que la CIA utilizó informantes nacionalistas en los países comunistas durante la época más dura de la Guerra Fría”, agregó el autor que ha consultado fondos inéditos en más de treinta archivos y centros de documentación de diversos países. 

El Servicio Vasco de Información (SVI) fue creado en 1937 por José Antonio Aguirre, el entonces lehendakari, con hombres fieles políticamente pero poco entrenados en las labores de espionaje. 

Moreno Izquierdo dijo que el SVI dependía del Gobierno de Euskadi pero en la práctica fue un instrumento del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y, durante la Guerra Civil, no fue inmune a las diferencias políticas que Aguirre mantenía con el Gobierno republicano. 

Con la derrota de la República, los Servicios, como se les conocía, establecieron su base de operaciones en la localidad francesa de Bayona y ampliaron sus operaciones en Francia colaborando con el espionaje francés. 

Pero será con la Segunda Guerra Mundial cuando el lehendakari José Antonio Aguirre ponga a su organización al servicio de los Aliados para lograr el apoyo de las democracias que combatían a Hitler y Mussolini y que, pensaba, también derrocarían a Franco.

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