Sevilla

El asesino del vicario le dijo a su mujer por SMS que lo había matado

La jueza que lleva el caso toma declaración a la sobrina del fallecido y a un testigo que oyó los gritos del sacerdote tras la agresión mortal

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La jueza del Juzgado de Instrucción n.10 de Sevilla ha tomado declaración, como testigo, a la sobrina del sacerdote al que mataron el 16 de julio en Sevilla, quien ha relatado como el acusado de esta muerte  -J. E. A. F.- le envió un mensaje telefónico pasadas las ocho de la tarde de ese día en el que se podía leer que acababa de matar a su tío.

Según ha informado el TSJA a través de una nota, la magistrada también ha escuchado a otro testigo, empleado de un taller cercano al lugar donde pasaron los hechos, quien ha declarado sobre cómo escuchó los gritos del sacerdote tras la agresión.

La jueza que está investigando lo ocurrido está ahora pendiente de recibir un informe de la Policía Científica sobre el análisis de los restos de sangre aparecidos en la camisa del detenido y en el arma encontrada, así como los resultados del informe forense psiquiátrico practicado al imputado.

J. E. A. F, en prisión provisional comunicada y sin fianza, está imputado de un delito de asesinato.

Los hechos sucedieron el pasado 16 de julio cuando el acusado acabó con la vida del vicario parroquial asestándole varias puñaladas cuando se encontraba a las puertas de su domicilio tras celebrar misa en el convento de San Leandro.

Tras huir del lugar de los hechos abordo de su vehículo y avisar a su mujer, sobrina del fallecido de que había cometido el crimen, se dirigió al barrio de Triana, donde ésta residía. El aviso de la esposa permitió a la Policía Nacional montar un gran dispositivo, que alertó a todo el vecindario, y  que permitió su detención muy cerca de la vivienda de la mujer. Aunque en la versión inicial ante la Policía apuntaba a la posibilidad de que el asesino intentara acabar también con la vida de su mujer, éste lo desmintió posteriormente en su declaración ante la jueza que investiga el caso.

La Policía incautó en ese momento un cuchillo de grandes dimensiones al presunto homicida, que al parecer sufriría problemas mentales y que se habría marchado en la mañana del asesianto del hospital donde se encontraba ingresado tras un intento de suicidio.

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