Jerez

El Voto de la Ciudad

Se trata de un Voto de la Ciudad que es tan importante, o más, que esos otros que tanto se buscan cuando interesan.

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La devoción de los jerezanos a Nuestra Señora de la Merced se remonta al siglo XIV cuando los frailes de la Orden se establecieron en la ciudad. Parece que adquirió popularidad y nombradía en los inicios del siglo XV pues consta que en 1410 asistió el Concejo a la fiesta y procesión de la Merced y que el Ayuntamiento liberó de los impuestos municipales al convento en reverencia de la muy noble señora Santa María de la Merced.  Hay noticias documentadas de las rogativas organizadas por diversas circunstancias que tuvieron a Nuestra Señora de la Merced como protagonista, a partir del siglo XVI. Una gran resonancia tuvieron las celebradas en 1599 y 1600, esta con motivo de una asoladora sequía, que popularizaron la devoción a dicha advocación mariana. Como consecuencia de la última de las rogativas citadas el Concejo hizo voto de celebrar anualmente una fiesta en honor de la Virgen. Un Voto de la Ciudad que desde entonces nunca ha dejado de celebrarse.
Esta semana se ha anunciado que en  un acuerdo entre monseñor José Mazuelos Pérez, obispo de Asidonia-Jerez, y Mamen Sánchez Díaz, alcaldesa de Jerez, se modifica el momento en el que se celebrará este año la renovación del Voto de la Ciudad ante Santa María de la Merced, que tiene lugar cada 24 de septiembre. Esta protestación de fe ante la Patrona, será adelantada a la celebración del solemne pontifical. De este modo, la regidora acudirá acompañada por otros miembros de la corporación municipal a la Basílica a las 10:30, hora en la que tendrá lugar esta presentación de los ruegos de los jerezanos ante la Virgen.
Una decisión que no es más que el  reflejo de lo que viene sucediendo en toda España, especialmente en las grandes ciudades, tras el 24 M en la relación del poder municipal y la Iglesia Católica. Algunos optan por mantener distancias y realizan su labor de representación pero sin entrar a escuchar misa en las iglesias.  Ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza, A Coruña, Pamplona y Santiago de Compostela han dado muestra de este distanciamiento. Ausencias en actos patronales que son fruto del denominador común que lamentablemente estamos conociendo con referencia a los pactos con otros grupos que rehúyen del más mínimo olor a incienso.


Fuentes de la Conferencia Episcopal Española consideran que "es una pena" que algunos alcaldes no asistan a actos religiosos. Además, dicen que un alcalde representa a todos los ciudadanos de una ciudad y si no asisten a tales celebraciones lo que hacen es demostrar que sólo representan a quienes les han votado. También explican que acudir a tales actos " no expresa pertenencia a una confesión ni desprecio a las demás". Estamos en un Estado aconfesional (que no antirreligioso), y desde luego a nadie se le puede obligar a participar en ningún acto con el que no se identifique en el aspecto religioso, pero no hay que olvidar que las celebraciones religiosas son manifestaciones del sentimiento de una gran parte del pueblo. La asistencia corporativa de los Ayuntamientos a los actos patronales  es un gesto de respeto y  empatía con el sentir popular. Siete siglos de historia mercedaria en Jerez merecen esta presencia municipal en la Basílica porque tanto la Patrona como la alcaldesa lo son de todo Jerez sin distinción alguna. Un Voto de la Ciudad que es tan importante, o más, que esos otros que tanto se buscan cuando interesan.

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