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Un equipo de científicos, más cerca de diseñar un análisis de sangre para el Alzheimer

Detectará con precisión la presencia de la enfermedad

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  • Un análisis -

Investigadores de la Escuela de Medicina Osteopática de la Universidad de Rowan, en Nueva Jersey, Estados Unidos, están a punto de desarrollar un análisis de sangre que pueda detectar con precisión la presencia de la enfermedad de Alzheimer, lo que daría a los médicos la oportunidad de intervenir en la etapa más tratable lo antes posible.

Uno de los creadores del test, el doctor Robert Nagele, presentará los resultados más recientes de su equipo este domingo en la Conferencia y Exposición de Medicina Omeopática (OMED, por sus siglas en inglés), que se celebra en Orlando, Estados Unidos. Su trabajo se centra en la utilización de autoanticuerpos como biomarcadores de la sangre para detectar con precisión la presencia de multitud de enfermedades e identificar la etapa en la que está una patología.

Mediante la detección de la enfermedad de Alzheimer mucho antes de que los síntomas aparezcan el doctor Nagele espera que estos biomarcadores autoanticuerpos relacionados con la enfermedad se aliente a hacer cambios de estilo de vida beneficiosos que puedan ayudar a frenar el desarrollo de la patología.

"Hay beneficios significativos para la detección temprana de la enfermedad  porque ahora sabemos que muchas de los mismos trastornos que conducen a la enfermedad vascular son también factores de riesgo significativos para el Alzheimer. Las personas que tienen enfermedad preclínica pueden tomar medidas para mejorar su salud vascular, como cuidar su dieta, hacer ejercicio y gestionar los problemas de peso y presión arterial para ayudar a evitar o ralentizar la progresión de la enfermedad", afirma Nagele.

Aunque la causa de la enfermedad de Alzheimer sigue siendo difícil de alcanzar, es evidente que mantener una barrera de sangre-cerebro sana es una medida preventiva crítica. La diabetes, el colesterol alto, la presión arterial alta, el derrame cerebral y el sobrepeso ponen en peligro la salud vascular.

A medida que los vasos sanguíneos en el cerebro se debilitan o se vuelven frágiles con la edad, comienzan a tener fugas, lo que permite que los componentes del plasma, incluyendo los autoanticuerpos cerebrales, se reactivan en el cerebro. Allí, los autoanticuerpos pueden unirse a las neuronas y acelerar la acumulación de depósitos de beta-amiloide, una característica de la patología del Alzheimer.

El análisis de sangre desarrollado por el doctor Nagele también ha mostrado ser prometedor en la detección de otras enfermedades, como la de Parkinson, la esclerosis múltiple y el cáncer de mama. La investigación de su equipo sobre el papel de los autoanticuerpos explica que todos los seres humanos poseen miles de autoanticuerpos en la sangre y que esos autoanticuerpos se unen específicamente a los restos celulares de transmisión sanguínea generada por los órganos y tejidos en todo el cuerpo.

El perfil de los autoanticuerpos de un individuo está fuertemente influenciado por la edad, el sexo y la presencia de enfermedades o lesiones específicas; y  las patologías causan cambios característicos en los perfiles de autoanticuerpos que, cuando se detectan, pueden servir como biomarcadores que revelan la presencia de la enfermedad.

En la enfermedad de Alzheimer, el cerebro comienza a cambiar años antes de que surjan los síntomas. La detección de anticuerpos de Alzheimer en una fase preclínica podría dar a los pacientes la oportunidad de trabajar con su médico para introducir cambios en su estilo de vida o recibir tratamientos antes de que sean sintomáticos. Potencialmente, esta intervención temprana podría ayudar a aquellos con Alzheimer preclínica a evitar o retrasar los síntomas más devastadores.

Hoy en día, no hay ninguna prueba de sangre definitiva aprobada por la agencia norteamericana del medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) para la enfermedad de Alzheimer, que afecta a un estimado de 5,3 millones de estadounidenses y es una de las diez principales causas de muerte en Estados Unidos. La investigación de Nagele ha sido financiada con becas de la Fundación Michael J. Fox y 'Osteopathic Heritage Foundation'.

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