El Jueves

Había una vez un circo

Un circo de, como mínimo, cuatro pistas. Donde los enanos crecen en el momento menos pensado. Donde las fieras rugen en sus jaulas, pero no hacen daño nunca a quien les da de comer...

Un circo de, como mínimo, cuatro pistas. Donde los enanos crecen en el momento menos pensado. Donde las fieras rugen en sus jaulas, pero no hacen daño nunca a quien les da de comer. Un circo de trapecistas sin red, que al menor contratiempo se estrellarán contra el suelo. Un circo con faquires, que se tragan espadas y sables o juegan con fuego sin que les pase nada. Claro, que el estómago lo tienen absolutamente acostumbrado a ingerir este tipo de alimentos. Un circo de equilibristas que se pasan media vida en el alambre, porque bien que cobran por hacer eso, que en el fondo es casi nada.
Un circo con payasos, muchos payasos.

Y mientras el público, o sea nosotros, que pagamos sin rechistar el precio que nos quieran cobrar por la entrada (iva incluido) para asistir al espectáculo, continuamos siendo impasibles cuando nos dicen que el comienzo de la función va a sufrir un nuevo retraso, de tres a cuatro semanas. Vemos que en los espectáculos de otros países se cumple a rajatabla la hora del comienzo de la función. Será que el público tiene que llegar puntual, tras el espectáculo, a su trabajo. Aquí tenemos a cuatro millones de espectadores que no tienen prisa. La función puede empezar más tarde.

Mientras, nos distraen con unos entremeses, que parecen salidos de la pluma de los Álvarez Quintero, porque desatan en ocasiones la risa (de la hiena). Pequeños sainetes rodados en la Audiencia Nacional y en los juzgados de más de media España. Sainetes que alcanzan hasta el mundo del fútbol, sentando en primera fila a presidentes de clubes y jugadores cariocas. Todo porque el tiempo pase sin que nos demos cuenta de cómo el Ibex 35 y la prima de riesgo no se suben al carro de esta función y se quedan esperando fuera de la carpa, distrayendo e intentando convencer a los inversores de que el espectáculo va a acabar pronto, muy pronto y que todo volverá a la normalidad.

En este circo parece que vamos a contemplar un espectáculo inédito en nuestro país: la actuación conjunta de varios artistas de diferentes disciplinas. Es por eso por lo que se retrasa el comienzo de la función: porque, entre bambalinas, están repartiendo los papeles y se están poniendo de acuerdo en qué personaje va a interpretar cada uno de ellos. 

La pista en forma de hemiciclo está iluminada y el jefe de pista, con micrófono en mano, nos va a anunciar el comienzo.

Un consejo gratis: que ninguno de los artistas comience su actuación preguntando aquello de “¿Cómo están ustedes?” porque puede escuchar por respuesta algo que no le guste.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN