Málaga

Unicaja no puede con los blancos

Un último cuarto brillante del Real Madrid y las numerosas pérdidas cajistas han condenado a los locales a la derrota en el Carpena

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  • Rudy Fernández -

El Palacio  de los Deportes José María Martín Carpena acogió un partido que podría repetirse en la primera fase de los play off de la ACB: Unicaja-Real Madrid. Ambos equipos se plantaron en la cancha con objetivos muy dispares. Los blancos mirando a la cima de la clasificación y los cajistas queriendo afianzar su posición y alargando su racha de victorias, llevaban tres consecutivas.

La igualdad fue la tónica en el primer cuarto con un Unicaja eléctrico liderado por un acertado Mindaugas Kuzminskas, con cuatro triples consecutivos y 14 puntos ante un conjunto visitante muy concentrado y aguantando el férreo arreón local, al final 18-19.

La maldición de los pares
En el segundo cuarto se rompió la igualdad, y el equipo de Laso pudo demostrar su amplitud de banquillo lo que le reportó más físico e intensidad que a los malagueños.

Los madridistas empezaron a aumentar la distancia en el luminoso liderados por un impresionante Jayce Carrol con tres triples consecutivos y Maciulis puso la máxima ventaja 29-38 pero el Unicaja no fue capaz de parar a Carrol, 20 puntos en total, y el partido se fue al descanso con un marcador de 34 a 43.

Tras la reanudación llegó la resurrección a la épica del equipo de Joan Plaza que, arropado por una afición que había desafiado a la lluvia para animar a su equipo, logró un parcial de 13 a 0 y remontó poniendo el 47-43 en el luminoso.

Fue Nemanja Nedovic con cinco puntos consecutivos, quien provocó el cambio de dinámica y obligó a Pablo Laso a pedir un tiempo muerto ya que los blancos tardaron cinco minutos en anotar. Pero fue un espejismo, porque Unicaja regresó a la senda de las pérdidas y la precipitación, no encontró el ritmo del encuentro y el Madrid pudo rehacerse y endosó un 0 a 11 que lo volvió a poner por delante y el cuarto acabó con un marcador de 50-66.

Los jugadores de Laso no habían dicho la última palabra y en el cuarto periodo el Unicaja “se deshizo como azucarillo”, según describió Plaza, y el Madrid demostró querer la victoria sin perder la concentración.

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