El derribo del antiguo hospital de la Cruz Roja están ocasionando problemas y molestias al cerca de millar de personas que pasan a diario junto a las obras para acudir al Centro de Salud de Capuchinos. El sindicato Comisiones Obreras ha denunciado no sólo el ruido y el polvo que provocan los trabajos para demoler el edificio de cuatro alturas sino además la caída de cascotes en el interior del centro sanitario durante las horas de atención al público.
Los trabajos están afectando a los servicios del centro. El martes por la tarde, con dos consultas médica, tres de enfermería y dos consultas de vacunas infantiles en funcionamiento, se derribó la parte más cercana al centro de salud, “sin otras medidas de seguridad que un plástico en una venta que hay sin cristales”, según la delegada sindical del centro, Soledad Garbero.
Servicios como el de educación maternal han tenido que suspenderse “porque los bebés no paraban de llorar”, asegura Garbero, y la atención diaria en las consultas también se ha visto perjudicada, según esta enfermera, que lamenta que las obras no se trasladen ahora en verano a las tardes o en fines de semana, cuando el centro cierra sus puertas.
“No pueden hacer esto con el edificio lleno de gente”, se lamenta, tras pedir la paralización de los trabajos hasta que no se realice un estudio sobre su riesgo. “Uno de los cascotes cayó dentro del edificio rompiendo un azulejo, no quiero ni pensar qué habría pasado si pasa alguien en ese momento”, asegura.
Los trabajadores ya se han quejado en varias ocasiones al distrito sanitario y lamentan que, a día de hoy la dirección “ha hecho una dejación total de sus responsabilidades, dejando un riesgo importante, además de las molestias por ruidos insoportables, polvo” del edificio. El sindicato convocó una concentración de protesta el lunes, día en que la obra permaneció parada
