Por si fuera poco el hecho de que nuestros políticos no se ponen de acuerdo y en menos de un año tendremos que pasar por tercera vez por las urnas con el firme propósito de que este país tenga un gobierno, ahora también se nos encaja la votación de la Feria de Abril, algo que ha hecho que la ciudad fuera noticia, a nivel nacional, en la inmensa mayoría de los medios de comunicación. Para que sigan pensando por ahí afuera que aquí, en Sevilla, sólo pensamos en la Feria, en el rebujito, las casetas y el flamenquito. Vamos, que lo de ser emprendedores, cuna de culturas o todas esas cosas buenas que tenemos por aquí abajo no existen. ¿Seguirán pensando esos que no nos conocen que los hombres vamos por la calle con sombrero de ala ancha y las mujeres con los volantes en el vestido?
La consulta sobre la Feria de Abril es, cuanto menos, peculiar. La historia nos contempla y recordará este hecho, tan anormal como aquel año en la década de los 80 que tuvimos una feria sin Calle del Infierno o aquel otro de la peste equina. Sí, nos está tocando vivir un hecho “histórico” , dicho y escrito así, entre comillas, por lo peculiar -insisto- de la consulta.
Detrás de esta solicitud me temo que están aquellos que hacen sonar su caja registradora en los días de farolillos, léase hoteleros. Ojo, que en su derecho están: no seré yo quien critique a los que pretenden hacer negocio a costa de los que nos visitan. Pero sí temo que a esta “gallina de los huevos de oro” que es la Feria de Abril podamos matarla de un disgusto.
¿Será la feria de abril una Feria de Abril auténtica si no tiene sevillanos? ¿Se pretende sólo dar oficialidad a la noche del sábado y el mediodía del domingo de preferia? ¿Están las arcas municipales para soportar el gasto que conllevan, por ejemplo, las horas extras de la Policía Local? Es más, y aquí sí que puedo tener la respuesta aunque me la callo: ¿está la cartera del sevillano preparada para soportar este gasto?
Cierto es que nuestra Feria de Abril se diferencia de otras festividades de ciudades españolas por la carencia de un día festivo, que sirva para disfrute de aquellos que no tienen la posibilidad de pisar el albero por sus horarios de trabajo. Pero de ahí a la prolongación de la misma por delante me parece que existe un abismo.
Sea como sea, voten si así lo creen conveniente, pensando en los intereses de la ciudad y en el suyo propio. O no voten, si piensan que la consulta no sirve para nada. Hagan lo que crean. Pero no se queden indiferente ante algo tan nuestro como los farolillos y el albero.
