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Retienen juguetes "jurásicos" que pueden traer una especie invasora

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) ordena la retirada del producto por sus posibles efectos negativos

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La Guardia Civil ha retenido en varios comercios de Canarias 1.247 cajas de un juguete educativo que recrea el tiempo de los dinosaurios con huevos de crustáceos vivos a punto de eclosionar, ante la sospecha de que pueden introducir en España una especie con gran potencial invasivo.

Los juguetes inmovilizados, que en principio están autorizados en Europa, se presentan bajo al menos cuatro marcas comerciales e invitan al niño a colocar esos huevos en agua tibia y presenciar al cabo de 24 horas cómo nace un "triops", un crustáceo de orígenes muy antiguos en la evolución, también conocido como "gamba dinosaurio" o "tortuguilla colilarga", al que luego puede alimentar.

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) ha ordenado que esos juguetes queden bloqueados en los comercios donde se encuentran (básicamente en Gran Canaria pero también en Lanzarote) porque sus fabricantes no identifican qué variedad de "triops" contienen, si la europea (inofensiva para el medio ambiente) o la americana (catalogada como exótica invasiva).

Uno de los responsables de la operación, el sargento Andrés Gil Falcón, ha precisado que, en cualquiera de los casos, se trata de juguetes seguros para los niños, porque el problema potencial que pretenden frenar es una amenaza para los cultivos agrícolas y para las especies autóctonas de los distintos ecosistemas españoles.

La preocupación que lleva al Seprona a actuar de forma preventiva reside en la posibilidad de que alguno de esos fabricantes haya introducido en esos juguetes la variedad "Triops longicaudatus".

En España, esa especie se ha vendido en los últimos años para su cría en acuarios, pero el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente la incluyó en 2013 en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, cuya liberación al medio ambiente no sólo está prohibida sino que puede llevar a quien la realice a cometer un delito castigado con penas de cuatro meses a dos años de cárcel.

El sargento Gil Falcón ha aclarado que, hasta la fecha, esta variedad de "triops" no ha ocasionado problemas importantes en España, pero sí en Estados Unidos, donde es toda una amenaza para los cultivos de arroz y para los animales que viven en esos ambientes, dada su voracidad y su capacidad para reproducirse en libertad.

La Guardia Civil ha comunicado los hechos al Gobierno de Canarias para que sus servicios de Medio Ambiente examinen las partidas y determinen si los huevos de "triops" que contienen son los permitidos en Europa o los prohibidos por su carácter invasivo.

Los responsables del Seprona en Canarias tienen noticias de que también en Galicia y Baleares se han inmovilizado partidas de estos juguetes, pero en cantidades muy inferiores a las de esta operación.

En este caso, su reacción se produjo gracias al aviso de un ciudadano con conocimientos en biología, que advirtió de que había visto en centros comerciales un juego con este tipo de crustáceos vivos que podría introducir en Canarias una especie invasora.

Como en otros lugares de España, en el archipiélago hay varios ejemplos del pasado reciente de los problemas que puede ocasionar al medio ambiente la introducción de especies procedentes de otros lugares que en su territorio no tienen enemigos y pueden encontrar las condiciones adecuadas para procrear y extenderse rápidamente.

En Gran Canaria, el Gobierno regional y el Cabildo llevan años esforzándose en frenar la extensión de la culebra real de California (Lampropeltis getula californiae), una serpiente originalmente introducida para terrarios e inofensiva para el hombre pero que en la isla constituye una grave amenaza para el lagarto gigante, una variedad autóctona en peligro que se ha convertido en su presa.

En las últimas campaña de control de la culebra real, los responsables del proyecto han reconocido que a estas altura ya será muy difícil erradicarla de una isla donde históricamente nunca hubo serpientes. Ahora sólo aspiran a detener su extensión.

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