No hubo sorpresas y el presupuesto de 2017, en su primer trámite plenario, ha sido aprobado con el voto de calidad del alcalde, en una sesión en la que no han faltado los reproches entre los grupos municipales ni la acusación nada velada de Juan Espadas al PP de propiciar el voto contrario de IU al aprobar en la comisión de Hacienda todas sus enmiendas, ni tampoco el habitual desalojo (esta vez a los trabajadores del IMD) ni toda una presidenta del Pleno, Carmen Castreño, leyendo el "documento político" en el que el PSOE reconoce el "error" de las cuentas de 2016 al violar el derecho de los concejales de Participa en el debate y votación de sus enmiendas.
“Voto sí, sí y sí”, decía el alcalde recalcando su voto de calidad, el que ha hecho posible que se aprueben de forma inicial los presupuestos municipales para 2017, constatado en el pleno que ninguno de los grupos iba a modificar el sentido del voto que ya habían anunciado.
Espadas, además, dejaba en el Pleno una acusación directa al PP, la que haber apoyado en la comisión de Hacienda todas las enmiendas que presentó IU “para reventar el presupuesto”, sabiendo que no podían mover 18 millones cuando el tope estaba en 19. “Teníamos muy claro que no iban a votar que sí”, les increpaba a los miembros de IU, a los que espetaba que “¿qué querían con dos concejales?”.
Eso sí, según Espadas, su objetivo era “recuperar” el acuerdo de izquierda que lo alzó en la investidura, algo imposible teniendo en cuenta que Daniel González Rojas, portavoz de IU, ya había dejado claro, aunque había sido el grupo que más enmiendas había sacado en la comisión, también había sido el que había sufrido el “hachazo” en el proyecto de presupuestos, reprochando que el PSOE “intente hacer y deshacer a su antojo y pasarse por el forro lo que dice la comisión”.
En cuanto a la asunción de errores tras la sentencia del TSJA que anula los presupuestos de 2016 y que Participa había apuntado que se hubiera solventado con un pleno previo, Espadas -que escuchó críticas a su falta de valentía por parte de Julián Moreno por dejar que Castreño leyera el documento político y a la que IU pidió directamente su dimisión- apuntó que no es un insumiso judicial y que cumplirá cuando le sea notificada la sentencia. “Lo del escarnio público queda muy antiguo”, le decía a Julián Moreno. Castreño había abierto el Pleno leyendo con parsimoniosa rectitud ese documento que asumía el error del equipo de Gobierno y sólo al final, se trabó con algunas frases. Trámite cumplido.
Rifirrafe y entre todos
El rifirrafe entre partidos tuvo al PP como uno de sus principales protagonistas, cuyo portavoz, Alberto Díaz, quien acusó a Espadas de no haber querido aceptar ninguna de sus propuestas a pesar de haberles reconocido que “ninguna de las propuestas eran insolventes o inviables”, de tener “casi, casi, casi” cerrado un acuerdo y pasar a no dar “ni una concesión” por tener un “pacto opaco y oculto”, en referencia al acuerdo que cerraron con Ciudadanos y que alejó a los populares de la posibilidad de ser apoyo del PSOE.
“El pez grande siempre se come al pequeño”, le advertía Alberto Díaz a Ciudadanos, siguiendo la línea de ataque de Beltrán Pérez, que le había precedido en la explicación del voto del PP y quien ya se había encargado de recordarles que “el PSOE les engaña y lo saben. Ninguna de las enmiendas de 2016 se han cumplido. Es el pacto del engaño”.
Beltrán Pérez, que había sido especialmente elocuente al defender que el PP no iba a “traicionar sus principios de política económica”, se tuvo que defender ante los ataques de Javier Millán, portavoz de Ciudadanos, quien le había llegado a llamar “marca blanca de Podemos” por apoyar la propuesta de IU sobre los presupuestos participativos, a lo que el edil del PP contestaba airadamente: “yo fui el delegado que quité los presupuestos participativos”, para calificarlos de “lacayos de Espadas” o acusarlos de hacer “política de entreguismo”.
Lo cierto es que el PP se llevó la práctica totalidad de las críticas de Ciudadanos. Millán enfrentó su “responsabilidad” a la hora de “enriquecer” y “teñir” el presupuesto de naranja con la “estrategia de esos señores de enfrente, del PP, para que no hubiera presupuestos por antojo o por capricho”, un bloqueo que llegó a calificar luego como “política ni-ni”, capaz de subordinar un presupuesto a que se venda un edificio. Y también dejó la píldora para Participa e IU: su objetivo es “revertir el catastrazo que la izquierda radical le regaló a Espadas”.
La izquierda radical, también carga contra C's
Participa e IU, sin embargo, se centraron más en sus asuntos pero sin olvidar dar algún que otro puyazo a Ciudadanos: Julián Moreno les advertía que “los pactos se hacen con mayoría suficiente” y Daniel González Rojas les pedía seriedad a la hora de hablar de lo que significa la bajada del IBI que han arrancado al PSOE.
Ambos grupos, pero “sin acritud”, se recordaron que uno apoyó en el 2016 los presupuestos y el otro los permite mediante una abstención, pero los dos coincidieron en reclamar a Espadas que se convocara la comisión de seguimiento del presupuesto y también ese giro a la izquierda del que hablaba el alcalde.
González Rojas, además, fue especialmente crítico con la actitud del PSOE, al que acusó de tener “matrícula en el máster antidemocrático”, no sólo por incumplir más de la mitad de las enmiendas del 2016, sino por ser el grupo al que más enmiendas le aprobaron en comisión pero al que más le habían recortado con la “falacia” de que “no hay dinero para todo”, extremo que acompañó de un cuadro explicativo que pareció hasta gustar al resto de grupos municipales.arnio público queda muy antiguo”, le decía a Julián Moreno.