Las dos acusadas por el asesinato de Kim Jong-nam, hermano del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, comparecerán mañana ante un alto tribunal a las afueras de Kuala Lumpur para el inicio del juicio oral en su contra.
De ser halladas culpables, las mujeres, que declararán este lunes por primera vez ante un juez, afrontan una condena máxima a la pena capital por ahorcamiento.
Durante las 23 jornadas la fiscalía llamará a declarar a 40 personas entre testigos y expertos para sostener la acusación durante el juicio, previsto para su conclusión el 30 de noviembre.
Las dos sospechosas, la indonesia Siti Aisyah, de 25 años, y la vietnamita Doan Thi Huong, de 29, son las únicas detenidas por el asalto y envenenamiento de Kim el pasado 13 de febrero en una terminal de salidas del aeropuerto de la capital malasia.
Mientras una de ellas entretenía a la víctima cuando esta imprimía su tarjeta de embarque, la otra se acercó por la espalda y frotó el rostro del norcoreano con un paño impregnado con un potente tóxico.
Acto seguido las mujeres emprendieron su huida, captada por las cámaras del circuito cerrado del recinto, y el norcoreano acudió a solicitar asistencia médica a las autoridades, antes de desmayarse y perecer de un paro cardiaco durante el traslado al hospital.
Tras ser detenidas los días posteriores al asalto, ambas mujeres aseguraron ser víctimas de un engaño en el que creían que participaban en una broma para un programa de televisión y que el veneno era, según pensaban, aceite para bebé.
Durante la autopsia, los forenses malasios determinaron que la sustancia era un potente agente nervioso conocido como VX, considerado por Naciones Unidas como arma de destrucción masiva.
La indonesia y vietnamita declararon a las autoridades que un grupo de cuatro hombres, quienes presuntamente orquestaron el incidente, les pagaron unos 80 dólares a cada una por su participación.
"Ellas no sabían lo que hacían. Son cabeza de turco, un instrumento utilizado por los otros sospechosos" para matar a Kim Jong-nam, apuntó a Efe el abogado Gooi Soon Seng, defensor de la indonesia, quien reafirmará el lunes su inocencia ante el tribunal de Shah Alam, al oeste de la capital malasia.
La Policía identificó a los varones como cuatro ciudadanos norcoreanos que embarcaron en un avión rumbo a Pionyang después del asalto mortal y solicitó la declaración de otras tres personas que acudieron a despedirles al aeródromo, entre ellos Hyon Kwang Song, secretario segundo de la embajada de Corea del Norte en Kuala Lumpur.
El trío, que incluye Kim Uk Il -empleado de la aerolínea estatal norcoreana Koryo- y otro individuo identificado como Ri Ji U, se refugió en la legación diplomática durante días para evitar acudir ante las autoridades.
La investigación del asesinato deterioró las relaciones diplomáticas entre ambos países, que conllevó a la ruptura de acuerdos bilaterales, la expulsión recíproca de embajadores y la retención temporal de ciudadanos.
Finalmente, ambos países enfriaron la crisis tras la entrega del cadáver de Kim, la liberación de los nueve malasios inmovilizados en la capital norcoreana y garantizar el permiso al trío llamado a testificar para abandonar Kuala Lumpur.
Las relaciones a día de hoy continúan estancadas y la semana pasada Malasia prohibió a todos sus ciudadanos viajar a territorio norcoreano por el aumento de tensión en la península de Corea a raíz de las pruebas balísticas de Pionyang.
Los servicios de inteligencia de Corea del Sur y Estados Unidos atribuyeron el crimen desde el primer momento a agentes norcoreanos.
Pionyang sostiene que la muerte fue causada por un ataque cardíaco y acusó a las autoridades malasias de conspirar con sus enemigos.
Kim Jong-nam, que viajaba con un pasaporte bajo el nombre de Kim Chol, se disponía a viajar a Macao, donde residía en el exilio.
La víctima había nacido en 1971 de la relación entre el "amado líder" norcoreano, Kim Jong-il, y su primera concubina, la actriz Song Hye-rim.
Su hermano Kim Jong-un, actual mandatario, nació en 1984 del mismo padre y su última consorte, Ko Yong-hui.
El hermano mayor estuvo considerado en su día como el mejor posicionado para heredar la jefatura del régimen, pero cayó en desgracia en 2001 y desde el extranjero atrajo la atención por criticar a Pionyang su sistema de sucesión hereditario.
