El celeste propio de la fiesta de la Inmaculada Concepción impregnó los templos y así, o en el azul más puro, lucen sus mantos la mayoría de las dolorosas y vírgenes isleñas.
La jornada comenzó a las 10.00 horas, con la procesión de tercia de la Virgen de la Oliva por la fiesta de la Inmaculada. La pequeña imagen de la Virgen recorrió las calles de las inmediaciones del Parque de las Huertas acompañada de numerosos fieles y banda de música.
En la iglesia del Santo Cristo, se celebró el besamanos a la Virgen de la Amargura y se recogían productos destinados para los recién nacidos, que serán entregados a Red Madre. Durante la jornada se recogió muchísimo, pero durante estos días en la casa de hermandad se seguirán recogiendo materiales destinados a la ayuda de las jóvenes embarazadas para evitar que aborten por motivos económicos.
En la capilla de los Desamparados se celebró una función solemne en honor de la Inmaculada Concepción, tras la cual se expuso a la Virgen de las Mercedes en devoto besamanos. En esta ocasión, la hermandad no bendijo su Belén, como hacía anualmente, sino que lo hará en la jornada de hoy.
En la iglesia de la Pastora se celebró una función en honor de la Virgen de la Piedad, en la que se quería rendir homenaje a Juan Guerrero Pérez por los numerosos años que ha tenido a su cargo la tarea de vestir a la Virgen de la Piedad de Misericordia. Al término de la función, en la que participó el coro San Juan de la Cruz, se abrió el besamanos a la dolorosa en la iglesia de la Pastora.
La iglesia de San José Artesano fue escenario de una función a la Virgen del Buen Fin, como viene ocurriendo desde hace décadas, si bien no hubo pregón, que dejó de ser anual. Tampoco faltó la visita que anualmente hacen los cofrades del Prendimiento al besamanos de la Virgen de la Amargura, de Afligidos.
Medinaceli también puso fin al triduo en honor de la Inmaculada Concepción en la iglesia Mayor, con una función religiosa presidia por el sacerdote José Carlos Mellado González, estando el coro de la Vera-Cruz en la capilla de música. Fue una festividad de la Inmaculada con ausencia de procesión en la Casería y sin pregones a Buen Fin o Piedad.