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Conmoción por un ataque mortal contra la comunidad gay

La comunidad homosexual en Israel recibió ayer el apoyo de la clase política y de gran parte de la sociedad por el ataque perpetrado por un desconocido en un centro gay de Tel Aviv, que dejó dos jóvenes muertos y quince heridos.

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La comunidad homosexual en Israel recibió ayer el apoyo de la clase política y de gran parte de la sociedad por el ataque perpetrado por un desconocido en un centro gay de Tel Aviv, que dejó dos jóvenes muertos y quince heridos.

Más de un millar de personas se concentraron esta tarde frente a la Asociación de Gays y Lesbianas de Tel Aviv, escenario del tiroteo el sábado por la noche, para expresar su repulsa por el ataque, y su solidaridad con un colectivo que durante años ha tenido que luchar contra los sectores más conservadores de la sociedad israelí.

Bajo el lema de No tenemos miedo, no nos amilanamos, y la presencia de numerosas banderas del arco iris, símbolo de la lucha por el orgullo gay, los participantes en la concentración expresaron con el silencio su pesar por un suceso que ningún organismo de seguridad pudo prever en la cosmopolita y liberal Tel Aviv.

En la más conservadora Jerusalén, donde el desfile del orgullo gay obliga cada año a redoblar la seguridad para evitar ataques por parte de extremistas judíos, al menos un centenar de personas se dieron cita en la céntrica Plaza Sión con banderas negras y del arco iris para mostrar su rechazo a este tipo de actos.

Las muestras de solidaridad se producen tras otra marcha espontánea en la que participaron centenares de israelíes de madrugada por el centro de Tel Aviv horas después del tiroteo.

Poco antes de la medianoche, un hombre encapuchado y vestido de negro irrumpió en un inmueble de la Asociación de Gays y Lesbianas de Tel Aviv y disparó con un arma automática en todas direcciones antes de darse a la fuga, hasta ahora con éxito; el asesino sigue en paradero desconocido.

En el lugar, decenas de jóvenes, muchos de ellos adolescentes, participaban en una reunión semanal de apoyo en la que reciben comprensión y asesoramiento antes de salir del armario.

Las imágenes ofrecidas por los medios de comunicación muestran varios charcos de sangre en la instalación, chanclas en el suelo y fotografías de parejas homosexuales colgadas en la pared.

“Al principio creí que era una broma, pero el hombre inmediatamente abrió fuego. La gente se escondió bajo camas y mesas. Una vez dentro, no hay hacia dónde correr”, explicó a la prensa Or Gil, uno de los quince heridos en el suceso, cuatro de los cuales se encuentran en situación muy grave.

Las dos víctimas mortales, Nir Katz, de 26 años, monitor de la asociación, y Liz Trubishi, una adolescente de 16 años, fueron enterradas esta tarde.

“Nir salió del armario cuando tenía 20 años y desde ese momento llevó la bandera del orgullo gay en la manga, creía en lo que hacía y siempre caminó con la cabeza bien alta”, reveló Chen, hermana de la víctima a la radio del Ejército israelí.

El presidente del Estado, Simón Peres, condenó el acto duramente y lo ha calificado de “crimen que una sociedad ilustrada y culta no puede aceptar”.

En su repulsa, el primer ministro, el conservador Benjamín Netanyahu, advirtió que “somos un país democrático y tolerante y debemos respetar a cada persona como es”. Entretanto, centenares de efectivos de la policía peinan las calles de Tel Aviv en una búsqueda puerta por puerta a fin de dar con el paradero del autor de los disparos.

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