Lo que queda del día

El poder de las cifras y las casualidades

¿Son un escándalo algunos de los sueldos que paga el Ayuntamiento? En realidad, hacer esa pregunta es obviar muchos detalles

Publicado: 21/07/2018 ·
12:11
· Actualizado: 21/07/2018 · 23:08
  • La alcaldesa Mamen Sánchez y Santiago Galván -
Autor

Abraham Ceballos

Abraham Ceballos es director de Viva Jerez y coordinador de 7 Televisión Jerez. Periodista y crítico de cine

Lo que queda del día

Un repaso a 'los restos del día', todo aquello que nos pasa, nos seduce o nos afecta, de la política al fútbol, del cine a la música

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De los informativos nacionales que se emiten a las tres de la tarde suelo ver el de Antena 3. Su puesta en escena me parece ejemplar y el empeño de su presentadora, Sandra Golpe, por contar, en vez de decir, las noticias, sostiene una credibilidad y una familiariedad necesarias para quien se cuela a diario en la sala de estar de tantos hogares. A un lado el modelo televisivo, su espacio de noticias ha terminado por sucumbir al empeño mediático colectivo por entronizar la crónica negra del país como gran aliciente en la pelea por las audiencias. Nada como un crimen, una desaparición, una inundación o cualquier tipo de tragedia para abrir su informativo. Un compromiso llevado hasta el extremo de convertir la sección de deportes en una de las pocas secciones de deportes de la televisión en las que apenas se habla de deportes, sino de sucesos, discriminación y desigualdad en el deporte. Es otro enfoque, y seguro que van buscando la especialización y el reconocimiento, pero eso no es información deportiva al uso -hasta a Manu Sánchez se le nota incómodo en el teatrillo diario a dos voces con Rocío Martínez, salvo cuando toca Champions-.     

Cuento todo esto porque, insisto, me gusta su forma de hacer televisión, su libro de estilo, su continente, su envoltorio, pero ha comenzado a aburrirme su abuso por los lugares comunes, hasta el punto de romperme los esquemas al ver que esta semana hablaban de Jerez sin necesidad de que se hubiera producido una inundación o un accidente; simplemente, forzados por el don de las casualidades, que ya sabemos que no son tal cuando anda la política de fondo, y dispuestos a dar la coartada necesaria a lo que no dejaba de ser un episodio más dentro de la animadversión y obcecación de una sección sindical municipal con una alta funcionaria del Ayuntamiento. Y esa coartada, como te enseñan en primero de periodismo, es siempre el dinero. 

Una noticia sin sacar a relucir las cifras, si es que las tiene, es como hablar de un crimen sin víctima. Lo que no vieron ni CGT, ni el PP, empeñados en un informe que no decía lo que ellos decían, y al que tampoco se le hizo demasiado caso para elaborar la información, lo vieron los encargados de darle la vuelta a la historia: los sueldos. “Esto es un escándalo, aquí se juega”, que diría el capitán Renault en Casablanca, como si no estuviese a la mano de todos saber lo que cobra y lo que cuesta mantener a la plantilla municipal, ahora y antes de ahora; incluso, si se quieren evitar la molestia, el facebook del Observatorio Ciudadano hace puntuales resúmenes.

¿Son un escándalo algunos de los sueldos que paga el Ayuntamiento, aunque lleguen a 90.000 euros en vez de a 125.000 al año como insistía el sindicato? Pues, en realidad, puede que ésa no sea la pregunta acertada, salvo que, como hizo Antena 3, nos quedemos con el trazo grueso, el de la información de brocha gorda, y optemos por seguir en la superficie de una cuestión que arrastra años de profundidad por la propia naturaleza sobre la que se fue levantando y configurando la plantilla municipal, hasta el punto de carecer de funcionarios suficientes para desempeñar determinadas labores.

Pero todavía hay una vertiente más en lo que pretende presentarse como presunto escándalo y que parece pasarse por alto. Hablamos de remuneraciones de altos funcionarios del ayuntamiento de la quinta ciudad más importante de Andalucía, ni siquiera de salarios de puestos de confianza del PSOE, o de los propios integrantes del ejecutivo local. Eso sí habría sido motivo de escarnio, como ya lo fue en su día con el anterior gobierno socialista, lo que revierte la pregunta sobre el auténtico interés que esconden las dudas sembradas bajo una excusada fiscalización.

Puede que a usted le parezca un escándalo, o una barbaridad, incluso que algunos hayan encontrado el aliciente necesario con este asunto para seguir alimentando “su” verdad, que, por supuesto, cuidado quien ose a contradecirla -pese a que, como decía Popper, "siempre es sospechosa"-, pero a poco que dejemos la superficie podremos comprobar que no todo se reduce a una pieza televisiva de dos minutos. Ni siquiera a unas cifras.

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