Provincia de Cádiz

“PP y Cs interpretan el cambio aferrados a la extrema derecha”

Irene García, presidenta de la Diputación y secretaria general del PSOE en la provincia, hace balance de su gestión y de sus expectativas electorales

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  • Irene García durante la entrevista en 7 TV -

¿Se siente optimista de cara a las próximas elecciones, teme perder incluso la Diputación o lo ocurrido en Andalucía es solo un punto de inflexión? 

—Soy optimista porque creo en la victoria del PSOE y porque no me baso en las encuestas, sino en los estados de ánimo, y el que se percibe ahora en las calles es positivo, sobre todo ante los debates importantes que se están generando y que son los que van a llevar a la gente a votar. En este sentido, el PSOE va a conquistar e ilusionar a la gente para que acudan a votar; lo haremos en las generales por la trascendencia de las elecciones y porque ya estamos viendo las consecuencias del pacto en Andalucía. En las municipales ya es otro contexto, aunque soporte cierto contagio de lo que ocurre a nivel nacional, pero honestamente el balance en Diputación y en los 25 municipios en los que gobernamos es el de un trabajo serio, riguroso y solvente, y eso es un gran aval de cara a las elecciones.

 

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El ambiente político está muy crispado. ¿Qué tipo de campaña es la que hará el PSOE? 

—Vamos a defender la verdad. Ya vale de debates estériles, caducos y de grandes mentiras. Los ciudadanos deben hacer una reflexión tras lo ocurrido en Andalucía y recordar, por ejemplo, a los responsables del PP, empezando por José Ortiz, que se convirtió en el primer gran fraude del PP a la democracia al echarse atrás tras las elecciones después de haber pedido la confianza de los votantes pueblo a pueblo. Nosotros vamos a hacer el debate de la verdad, porque es importante lo que se dice en campaña, y no se puede faltar a los confianza de los ciudadanos con lo que se les promete. El PP prometió 600.000 empleos en Andalucía y ahora dicen que aunque lo dijeran en campaña tiene poca importancia, y que su primera medida sería un plan de empleo para la provincia y no lo han hecho. Frente a eso, el PSOE va a defender hechos reales a través de su gestión al frente de la Diputación y de los ayuntamientos, así como los ocho meses de gobierno de Pedro Sánchez, que ha sabido poner el foco principal de atención en las personas y ha demostrado que hay otra forma de hacer las cosas, con solvencia económica, con un discurso sólido. Por eso, ahora toca que los que no quisieron votar la hoja de ruta de los Presupuestos, lo van a poder hacer ahora en las urnas.

Dice usted que los ciudadanos tienen que reflexionar, ¿y el PSOE en qué tiene que reflexionar?

—El PSOE tiene que seguir trabajando para ser el partido que sea capaz de convertirse en la herramienta social que transforme las preocupaciones de la gente en proyectos solventes en cada una de sus administraciones. Siempre hay cuestiones que mejorar. En la provincia veníamos de una necesidad de renovación de los líderes y de una nueva manera de entender cómo actuar y gestionar desde las administraciones. Eso se ha consolidado y a nivel provincial somos un partido renovado, muy solvente, con un equipo humano que han alcanzado el liderazgo a todos los niveles, y con una organización que se ha puesto al servicio de la gente para liderar proyectos locales, que más allá de defender a sus pueblos, han roto barreras para hacerlo también por proyectos comarcales y provinciales.

¿Cómo están los ánimos en el PSOE tras el 2 de diciembre? ¿El revés electoral ha servido para que dejen atrás las diferencias?

—En primer lugar tengo que decir que el PSOE ganó las elecciones andaluzas y que fue el partido más votado en la provincia. Lo que hubo fue una falta de compromiso desde el punto de vista electoral. Y después, PP y Cs han interpretado las ganas de cambio agarrados a un partido de extrema derecha, destruyendo lo construido hasta ahora, solo por sus ansias de poder y de hacer una transformación que no sabemos dónde nos llevará. Los ánimos están en buen estado, salimos a ganar, con vocación de gobernar, con propuestas realizables. Es cierto que hubo un nivel de confianza excesiva en la gente, que no entendió la importancia de participar en las elecciones. Hay que hacer autocrítica por ello, y hemos tomado nota. Ahora hay que incrementar esa participación para que otros partidos perdedores no impulsen proyectos que desconocemos.

Pero la salida del Gobierno andaluz ha supuesto un golpe muy fuerte...

—Ha sido un golpe fuerte, porque manteníamos las ganas de seguir transformando esta tierra, pero más allá de eso, el PSOE siempre ha sabido aprender de las circunstancias y estamos manos a la obra para explicar a la gente la importancia de participar en las elecciones, que miren hacia atrás lo que ha ocurrido en sus municipios con los proyectos socialistas para que se animen a participar.

¿Lo ocurrido el pasado 2D tendrá consecuencias en el comportamiento del electorado?

—El resultado no fue el esperado y para nosotros fue un revés, ya que ni siquiera las encuestas avisaban de ese escenario, pero ahora es bien distinto, no solo internamente, donde se ha dado una necesidad de articular una nueva manera de trabajar en campaña, sino que el sentimiento en la calle es distinto. Muchos ciudadanos nos han trasladado que no vieron necesidad de participar en las elecciones ante la tranquilidad existente, y que la carencia de sus votos está siendo utilizada para un cambio de rumbo que les preocupa. Por eso, nos vamos a volcar en las dos campañas. En las generales nos vamos a encontrar con dos proyectos ideológicos distintos por primera vez en mucho tiempo. De un lado, una hoja marcada en los PGE con hitos fundamentales dentro de la nueva realidad del país, cumpliendo con la solvencia económica, subiendo el salario mínimo, con un sistema de becas que no dejara fuera a tantos jóvenes. Y del otro, unas municipales que en 2015 nos dieron la oportunidad de gobernar en muchos municipios en los que se ha trabajado desde la eficiencia y la garantía del mantenimiento de los servicios públicos.

Hay dos escenarios electorales con base distinta.  ¿A cuál de las dos teme más?

—A ninguna. A mí me gustan las campañas electorales, porque se convierten en un contrato real con la ciudadanía. Ambas son importantes, y unas pueden ayudar a las otras. Por eso no hay que temer más a una que a otra. Lo que sí pido es que cada una tenga su debate, y que en las municipales se debata desde el punto de vista de la gestión municipal y que no se vean contaminados por otro tipo de debates.

Cs insiste en que veta a Pedro Sánchez para las generales, pero que en las municipales estarían dispuestos a pactar con el PSOE. ¿Ustedes tienen algún veto hacia Cs?

—A mí me parece una falta de respeto vetar a líderes o partidos. Los ciudadanos tienen que hablar. Respetemos lo que digan las urnas. Entonces estará en su derecho de decidir si pacta o no, pero no han trasladado otras líneas rojas. Le incomoda mucho el PSOE pero no Vox, y eso debiera preocuparnos más. En Europa los partidos liberales huyen de ese apoyo, y aquí Cs le hace el papel sucio al PP en este sentido.

¿Cree que la Junta presentará los presupuestos en mayo?

—No espero que lo haga, para nada. No creo que la Junta vaya a hacerlo antes de las elecciones municipales, para no desenmascarar lo que pretende hacer con esta tierra, el engaño al que nos está sometiendo. Lo que se evidencia además es que no tienen ni idea ni saben cómo abordar la solución de los problemas. Desconocen totalmente la provincia de Cádiz. No tienen un modelo para Andalucía. No aportan soluciones, ni proyectos, ni trasladan qué es lo que van a hacer en los próximos meses. Esta provincia no está para que vengan a estudiarla ni para que sus dirigentes lleguen con ansias de poder pero con un vacío absoluto de iniciativas, de gestión. Y eso nos preocupa. El retraso en los Presupuestos es sin duda para ocultar lo que viene después, la receta del PP, como ya ocurrió con la llegada de Mariano Rajoy, recortes en dependencias, eliminar ayudas en la educación y eliminar la sanidad universal gratuita para todos, y eso es lo que tememos que Moreno Bonilla quiera hacer, porque es la única receta que conocen. Yo he tenido la oportunidad de trasladarle al presidente de la Junta las preocupaciones de la provincia, y mi sorpresa fue el absoluto silencio ante todas las iniciativas, y no entender que hay que continuar con los planes de empleo que dejó en marcha el anterior gobierno, y que no haya aún iniciativas que prometieron en campaña.

¿Cómo ve la provincia después de casi cuatro años en Diputación?

—Mejor que hace cuatro años. Cuando accedimos al gobierno de la Diputación en la provincia había más del 42% de desempleo, en una situación que obligaba a todas las administraciones a  combatir el desempleo, ayudar a las familias en riesgo de exclusión y crear oportunidades para que se instalaran empresas que crearan empleo en la provincia. Hoy por hoy hay 15 puntos menos de paro, pero seguimos de una cifra insostenible e intolerable con más de 154.000 parados actualmente, y ésa es una cifra que sigue siendo alarmante y que nos obliga a poner iniciativas para seguir combatiendo el desempleo desde diferentes frentes. No estamos para parálisis  ni experimentos ni recetas mágicas, sino para seguir trabajado. Hemos cultivado en este sentido talante y diálogo con la iniciativa privada, sentándose con empresas y sindicatos, con una nueva forma para relacionarse entre iguales, para desarrollar planes de formación a la carta, de manera que los desempleados se formen en aquellas disciplinas que demandan las empresas, y ayudando a los que tienen más dificultad para lograr un empleo. Además, llevamos casi cuatro años y hemos puesto en marcha cinco planes de empleo. Hemos sabido hacerlo. Llegamos un 26 de junio y a la semana ya convocamos el primer consejo de alcaldías donde anunciamos el primer plan de empleo y en diciembre estaba aprobado. Cuando uno sabe lo que tiene que hacer, hay que poner todos los medios que tiene a su alcance, y eso es lo que hemos hecho.  

¿A qué achaca que se haya ralentizado la caída del paro en los últimos meses?

—Hay que analizar la situación por sectores. Algunos han crecido mucho en muy poco tiempo, como el turismo, y eso se ha ido sosegando. La ITI está desplegando sus efectos, pero no son inmediatos, ya que es una nueva manera de entender la creación de empleo, ya que se basa en apoyar sectores con mayor capacidad para crear empleo. Hemos tenido un déficit en la ITI, ya que no nos ha acompañado la parte que debía desarrollar el Gobierno de España durante la etapa del PP. 

¿Confía en que la Junta siga adelante con la ITI?

—Espero que no sean torpes y continúen con un trabajo que ya ha tenido resultados positivos, fruto de un buen trabajo previo.

¿Qué proyectos cree que no pueden caer?

—Los que tienen que ver con la creación de empleo, con el establecimiento de empresas, de manera que la innovación y el valor añadido de todos los productos se queden en la provincia. Pero también hay que acompasarlo con la mejora de las infraestructuras. Nadie entendería que ahora no hagamos definitivo el proyecto del corredor ferroviario, o para el desarrollo del turismo.

¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de estos cuatro años?

—Lo mejor, ser útil a la gente. Me quedo con la oportunidad de brindar a la gente y a los pueblos nuevas herramientas para su desarrollo. Lo peor, la lentitud de los procedimientos, ya que somos muy pulcros al desarrollar iniciativas, y la voluntad siempre va más por delante que la acción.

¿Se ve en el gobierno de Diputación otros cuatro años?

—Sí.

¿Con Adelante Andalucía de socios?

—Con los compañeros socialistas de la mano de la confianza que nos den los ciudadanos.

¿Con quién no pactaría?

—Con Vox no. Mi único límite a la hora de abordar pactos tras las municipales es Vox. Con los demás, ya dependerá de lo que hayan decidido los ciudadanos con sus votos.

¿Qué le parece el papel que está jugando Cs?

—Le está haciendo el trabajo sucio al PP y se está convirtiendo en la derecha rancia de la provincia.

¿Qué perspectivas electorales tienen en las grandes ciudades?

—No hay reto pequeño ni mayor. Gobernamos en 25 municipios y en algunos de ellos conformando un gobierno de mayoría pese a no haber ganado, que han cambiado el rumbo de sus ciudades, con tranquilidad, ejemplaridad y con eficacia. Pero salimos a tener mayorías.

¿Teme como secretaria general del PSOE que en las grandes ciudades haya fórmula de alianza entre partidos de la derecha?

—Más que temer, tenemos un reto, de presentarnos ante la ciudadanía con proyectos que ilusionen y conquisten a la gente para no tener que ir con otra compañía que no sea la confianza de la gente.

 ¿Qué medidas presentaría como presidenta de la Diputación para seducir al votante socialista?

—Estamos muy satisfechos con lo hecho estos cuatro años. Teníamos muy claro lo que teníamos que hacer. Somos una institución muy poco conocida, eso hace que sea poco valorada, y cuestionada constantemente. La imagen es la de una institución alejada de los pueblos, por eso hemos llevado la acción política a un liderazgo en los debates clave para la provincia y apoyando todos los sectores estratégicos, y hemos sido una herramienta útil para los pueblos. Pero sobre todo movilizando recursos públicos para la creación de empleo. Hay que participar en todo porque son recursos de los ciudadanos, reinvirtiendo los superávits. En solo dos meses de 2019, hemos movilizado casi 20 millones en planes para todos los ayuntamientos. Además, evaluamos cada una de las actuaciones y estamos muy satisfechos.

Se acerca el Día de la Provincia, ¿qué hay que celebrar?

—No es cuestión de celebrar, es de poner en valor el trabajo realizado por trayectorias personales e institucionales, que no hemos destacado demasiado. Es un día para ponerle luces y reconocer, a través de la historia, elementos que son vitales para seguir creciendo.

Finalmente el Consejo de Gobierno de la Junta no se celebrará en Sanlúcar el 19M.

—Fue un error manifiesto anunciarlo para ese día, un atrevimiento y un desprecio a todas las personas a las que homenajeamos en ese día. 

 

*Entrevista realizada en el espacio A Compás de 7TV con la participación de Roxana Saez, Francisco Perujo y Diego Boza

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