sociedad

Hallan muerta a una mujer marroquí de 34 años en un centro de acogida

En el centro de acogida temporal de personas sin hogar que se ha establecido en la Plaza de Toros de Melilla para pasar el confinamiento

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  • Interior de una ambulancia. -

Una mujer de nacionalidad marroquí de 34 años de edad fue hallada muerta anoche en el centro de acogida temporal de personas sin hogar que se ha establecido en la Plaza de Toros de Melilla para pasar el confinamiento por el estado de alarma del Covid-19. El cuerpo sin vida fue encontrado en el baño de la zona de duchas. Se desconocen las causas de la muerte. El juez de guardia, que ordenó el levantamiento del cadáver, ha ordenado la práctica de una autopsia.

Según han informado a Europa Press fuentes del centro, los hechos ocurrieron minutos antes de la ruptura de ayuno del jueves 14 de mayo, momento en el que todos los acogidos que siguen esta práctica religiosa se disponían a cenar al acabar la jornada de Ramadán y notaron la ausencia de esta persona. Al buscarla, fue encontrada en uno de los baños de las duchas inconsciente.

Atendida en un primer momento por efectivos de la Cruz Roja que prestan servicio en esta instalación en el que siguen el confinamiento más de 200 marroquíes y otro grupo de subsaharianos, además de unas 15 mujeres, llamaron al servicio de atención médica urgente del 061.

Los efectivos sanitarios, sin embargo, poco pudieron hacer por salvarle la vida porque a pesar de las maniobras de reanimación y las descargas practicadas, la mujer ya se hallaba cadáver.

El forense se presentó en el lugar de los hechos y confirmó la muerte en presencia del juez de guardia, que ordenó el traslado al depósito legal en el Cementerio de La Purísima y la práctica de la autopsia.

Según las citadas fuentes, la opción que se baraja es la de un paro cardiaco, pero para conocer el motivo exacto del fallecimiento, ya que sangraba por la nariz y los oídos, se le harán las pruebas forenses para determinar si ha sido a raíz de una caída o por un golpe intencionado.

La joven nació en 1986 y trabajaba como empleada de hogar en un domicilio de Melilla hasta que fue expulsada del mismo hace 10 días tras denunciar a los dueños de la casa.

Al deambular por las calles sin hogar, una patrulla de la Guardia Civil la recogió y la llevó a la Plaza de Toros, donde en estas últimas semanas se ha empezado a acoger también a mujeres, hasta alcanzar en estos momentos un grupo de 15 féminas, que ocupan una de las dependencias separadas de las de los hombres.

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