La Unidad del Dolor del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla introduce en su cartera de servicios la realización de una técnica con “excelentes resultados” para el tratamiento del dolor persistente tras haber pasado por una cirugía de columna y volver a desarrollar molestias.
Se consigue controlar cuadros dolorosos que no se controlan ni con el uso de derivados mórficos ni con la aplicación de técnicas quirúrgicas
El doctor Domingo Ventura, anestesiólogo de la Unidad del Dolor del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, explica que en torno a un 20-30% de pacientes, tras una cirugía de columna, sobre todo lumbar, como hernias discales o estenosis de canal, entre otras, principalmente cuando llevan asociadas un implante de material metálico; vuelven a presentar un cuadro de dolor, de similares y a veces idénticas características al que les condujo al quirófano en un primer momento.
Este cuadro clínico ha recibido muchas denominaciones, tales como síndrome de cirugía fallida de espalda o síndrome postlaminectomía, entre otras. Se origina debido a los naturales fenómenos de cicatrización, que, en determinados casos, asientan sobre los nervios sobre los que se buscaba tratar en las cirugías y que, en ocasiones, lleva a los pacientes a reintervenirse, a veces sin pronóstico de resolución.
Entre las diversas técnicas que se pueden aplicar, el doctor Domingo Ventura ha introducido el uso de la sonda Pulstrode®, para, de forma radiodirigida, navegar por el espacio intracanal, esto es, por donde discurren los nervios antes de abandonar la columna vertebral, tras su origen en la médula espinal, y poder abordar los nervios implicados antes de sumergirse en la zona cicatricial que los está englobando y provocando el dolor.
Con esta técnica, se realiza una terapia de radiofrecuencia pulsada, que sería muy compleja y a veces imposible abordar de otro modo que no fuera el intracanal. Además, se trata de una intervención mínimamente invasiva en régimen ambulatoria, indolora, bajo control radiológico y sedación. Así, “se consigue controlar cuadros dolorosos que no se controlan ni con el uso de derivados mórficos ni con la aplicación de técnicas quirúrgicas”, concluye el especialista.